Los objetivos de EEUU en Ucrania
"Washington y sus satélites siguen obsesionados con la idea de infligir una derrota estratégica a Rusia. Para acercarse a este objetivo ilusorio, están dispuestos a hacer mucho", fue lo que declaró Lavrov. Al respecto, recordó los recientes ataques con misiles de alta precisión Atacms de fabricación estadounidense, ejecutados por Kiev contra territorio ruso e incidió en que todas las advertencias de Moscú de que tales acciones provocarán "una respuesta adecuada", fueron ignoradas.
En este sentido, unas declaraciones del secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, le dan la razón a la denuncia de Lavrov. Blinken anunció que la Casa Blanca hará hasta lo imposible para que Ucrania siga luchando contra las fuerzas rusas hasta 2025, o al menos, que sea capaz de entablar negociaciones "desde una posición de fuerza". "Nuestros socios del G7 prometieron su firme apoyo a Ucrania hasta 2025. Estamos decididos a que Ucrania tenga el dinero, las municiones y las fuerzas movilizadas" para seguir con los combates el próximo año, aseveró.
Al respecto, un periódico estadounidense informó que el Congreso del país norteamericano recibió una solicitud no pública de 24.000 millones de dólares adicionales en ayuda militar para Kiev. Según el documento, la Casa Blanca espera asignar 16.000 millones de dólares para reponer los arsenales estadounidenses, y se propone aprobar otros 8.000 millones a través de la Iniciativa de Asistencia a la Seguridad de Ucrania. La iniciativa prevé que el Pentágono contrate a fabricantes en lugar de suministrar equipos y otras ayudas directamente desde los depósitos del Ejército.
"Lo que seguro ha querido decir Blinken no es que 'estamos dispuestos a apoyar a Ucrania', sino que 'estamos dispuestos a que los europeos apoyen a Ucrania', y si hace falta, ya no hasta el último ucraniano, que eso ya se da por descontado, están en vías de ello, sino hasta el último europeo. Para EEUU no hay problema en que esto sea hasta el último europeo", enfatiza el analista internacional Fernando Moragón.