Donde no hay, no hay
'Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta', dice el viejo refrán, que cae como anillo al dedo a las actuales autoridades de la Unión Europea, salvo excepciones, como la de Hungría, o Eslovaquia.
En este sentido, en su intervención en la sesión plenaria del XXI Foro Internacional de Debates Valdái en la ciudad rusa de Sochi el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que en Europa las decisiones económicas las toman políticos que no tienen nada que ver con la economía.
"No quiero ofender a nadie, ¡Dios me libre! Esto no va a sonar muy bien: pregunto a mis colegas, los expertos, qué le falta ahora a Europa. La respuesta es: le falta cerebro. No porque sean estúpidos, sino porque las decisiones económicas las toman políticos que no tienen nada que ver con la economía. Las decisiones se politizan, no se calculan, no se basan en la realidad", explicó.
De esta manera comentó Putin la liquidación de los contratos de gas y la agenda verde. "Algo noble: la lucha por el clima. ¿Nos alarma a todos? Sí, y asusta a algunos. Pero asustar a propósito para imponer decisiones que son irrealizables, eso no es justo para los votantes", observó el jefe del Kremlin.
"Este es un discurso clave [de Putin] que lo tendrán que analizar mucho los europeos y los occidentales. Creo que es una pieza fundamental para entender el nuevo mundo que se está desarrollando. Justamente se hace en uno de los foros, el de Valdái, que es donde los intelectuales, los economistas, los expertos en política internacional, etc., se reúnen, y que ha venido prácticamente a suplantar al de Davos, en el sentido de que va marcando caminos, va marcando nuevas sendas. Y allí este discurso de Vladímir Putin ha sido muy ejemplar y con un claro direccionamiento hacia donde se dirige el mundo y tendrá que ser estudiado en profundidad en vista, de acá a un par de años, de todo lo que se dijo en estos días, cómo se ha cumplido", señala el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.
"En lo que hace referencia Vladímir Putin de una Europa que está descerebrada, es evidente. Europa no tiene pensamiento propio, tiene un accionar de grupos económicos, que a su vez, con el asunto de la globalización se han hecho transnacionales. Es decir, están por encima de las naciones. Entonces, ¿qué rol juegan los políticos en ese aspecto? Ser simplemente la cadena de transmisión de rdenes supranacionales, que por supuesto, no benefician a quienes realmente los han puesto en ese lugar para 'dirigir el país', instrumentar las políticas que correspondan para llevar adelante al país a un mejor puerto", observa el analista.
"Esa falta de cerebro a la que hace referencia Putin, se ha visto claramente porque, de una forma totalmente disciplinada, subordinada, Europa […] está como en piloto automático. El problema es, al piloto automático, ¿quién es el que le ha puesto la dirección, las coordenadas hacia donde hay que ir? Evidentemente no han sido los políticos europeos, han sido poderes supranacionales y también una superpotencia a la que ellos han decidido subordinarse alegremente, y concluir que operan, además, bajo un paraguas que viene a ser una falsedad hipócrita, que son las famosas normas y reglas que dicen que defienden cuando hacen estas maniobras a las que han llevado a esta crisis. Ahí es donde se demuestra en la práctica real esa falta de conducción y de cerebro centralizado que deberían tener los europeos para poder haber seguido una vía de desarrollo que los afecta porque es un 'enfermo en terapia intensiva'", concluye Pereyra Mele.