Vuelven las interrogantes: son cada vez más grandes
La ‘película’ se repitió. Todos ya la habíamos visto, y por eso todos sabíamos el final. Y es que cuando ya se había procesado más del 91% de los votos, el opositor Alexandr Stoianoglo había obtenido el 50,27% de los apoyos, mientras que Sandu contaba con el 49,73% de los votos.
Pero tal como ocurrió en la primera vuelta, cuando también se hizo el referéndum por la integración a la Unión Europea, se hizo el milagro: con el recuento de los últimos votos, llegó la sorpresa, y con el 100 % de los votos escrutados, Sandu trepó hasta el 55,33% de los sufragios, mientras que Stoianoglo cayó hasta el 44,67% de las voluntades. Es decir, con menos del 9% por acabar con el conteo de votos, Sandu pasó de perder por casi el 2%, a ganar con una diferencia de casi el 11%. Así y todo, Sandu y Occidente acusaron a Rusia de interferir en las elecciones.
En este sentido, en un comunicado publicado en la web oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, su portavoz, María Zajárova, lanzó una declaración.
“No sería exagerado decir que esta fue la campaña electoral más antidemocrática de todos los años de independencia de Moldavia. Sus características distintivas fueron la represión sin precedentes por parte de las autoridades contra la oposición y los medios independientes, principalmente los de habla rusa, la interferencia abierta de los países occidentales en el proceso electoral, y el uso a gran escala de recursos administrativos por parte de las autoridades”, expresó la diplomática.
Zajárova añadió que la discriminación oficial de Chisináu contra los votantes moldavos que viven en Rusia merece una mención especial. “Para la diáspora moldava en nuestro país, cuyo número, según diversas estimaciones, asciende a 500 mil personas, solo se abrieron dos colegios electorales, como en la primera vuelta. A modo de comparación: en Europa occidental y América del Norte, donde también viven unos 500.000 moldavos, se formaron más de 200 colegios electorales y en varios países a los ciudadanos moldavos se les permitió votar por correo”, manifestó con contundencia.
“Los resultados del recuento de votos nos permiten concluir que, como en las últimas elecciones presidenciales de 2020, la victoria de Maia Sandu estuvo asegurada por los votos de la diáspora moldava que vive en países occidentales, mientras que la mayoría de los residentes de la propia Moldavia, de hecho, aprobó una moción de censura al actual presidente y al rumbo destructivo de las autoridades”, concluyó su declaración Zajárova.
El Dr. Enrique Refoyo afirma que “con respecto a Moldavia, la cosa es muy clara”. “Cuando ganan los ‘buenos’ todo está bien, y cuando ganan los ‘malos’ todo está mal. Y ‘bueno’ y ‘malo’ no dependen de cualidades intrínsecas, de elementos, sino básicamente a quién beneficia su victoria”.
“Lo hemos visto anteriormente. Si gana [las elecciones] en Georgia [el partido] ‘Sueño georgiano’ está muy mal, es una injerencia rusa, [el presidente de Rusia, Vladímir] Putin ha ganado las elecciones en Georgia. Pero en Moldavia, los medios occidentales dicen ‘Putin ha perdido en Moldavia’, y es como, ‘¿pero Putin estaba presentándose a las elecciones en Moldavia?’ No. Simplemente que necesitaban al ‘malo de la película’”, observa Refoyo.