La crisis inmobiliaria afecta sobre todo a tres ciudades: Las Vegas, Filadelfia y Atlanta. Estas urbes, además, están localizadas en estados que son considerados indecisos en su intención de voto: Nevada, Pensilvania y Georgia, respectivamente, apunta el medio.
Y es que conseguir una casa o un departamento en Estados Unidos —ya sea para compra o renta— se ha vuelto un martirio para miles de personas de clase media, a pesar de las subvenciones que ha impulsado la Administración Biden. "Otra señal de que la crisis de asequibilidad se ha extendido mucho más allá de los estadounidenses de bajos ingresos", indica Bloomberg.
"Los elevados tipos de interés, junto con los precios récord de la vivienda impulsados por una grave escasez de oferta, han expulsado del mercado a muchos hogares de clase media. Una parte cada vez mayor de los hogares de ingresos medios estaban dispuestos a empujar su deuda a un territorio más arriesgado el año pasado para dar el salto a la propiedad, según un análisis de Bloomberg de 10 millones de registros federales de préstamos hipotecarios de 2018 a 2023", agrega.
El año pasado, según el medio, el 58% de los hogares con ingresos medios a los que se aprobaron hipotecas tenían una relación deuda-ingresos del 40% o más, una proporción que es la mayor desde al menos 2018. Esta situación es muy común en ciudades como Las Vegas, por ejemplo.
Pero también sucede en Filadelfia, en condados como Montgomery, Chester y Bucks, donde antes abundaban viviendas para la clase trabajadora. Sin embargo, ahora registran la mayor caída en el inventario de viviendas en venta, hasta menos de 3.000, cuando hace seis años ese número era de 10.800, de acuerdo con el medio.
"Alrededor del 41% de las viviendas de precio moderado en Atlanta fueron adquiridas por compradores en efectivo el año pasado, un enorme salto de 22 puntos porcentuales desde 2018 a pesar de la creciente atención a esa tendencia", señala.
Los candidatos a la Casa Blanca, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, han hablado en algunas ocasiones sobre la crisis inmobiliaria. Ella dijo que bajaría los costes ampliando la oferta de viviendas y prometió aumentar en tres millones el número de viviendas asequibles en venta o alquiler para el final de su Gobierno. "Su plan incluye desgravaciones fiscales para los constructores que construyan viviendas básicas y ayudas de 25.000 dólares para el pago inicial de cuatro millones de nuevas viviendas", detalla Bloomberg.
Trump, en cambio, prometió recortar las regulaciones que incrementan los costos de la vivienda a través de la apertura de terrenos federales para el desarrollo inmobiliario.
Un sueño derrumbado
Recientemente, el diario británico Financial Times aseguró que "una de las razones por las que los estadounidenses están tan desencantados con el capitalismo es que el sueño nacional de ser propietario de una vivienda ya no está al alcance de gran parte de la población".
En ese sentido, señala el diario, aproximadamente la mitad de las personas entre 20 y 30 años vive actualmente con sus padres, razón por la cual muchos son pesimistas sobre su futuro y descreen de los políticos y partidos que han llevado al país a esta situación.
Para ejemplificar esta alarmante situación, el medio observó que, desde la crisis financiera mundial de 2008, los precios de las viviendas ajustados a la inflación han aumentado alrededor del 2% en Europa, el 25% en Japón, pero más del 50% en Estados Unidos.
"De hecho, los precios reales en Estados Unidos se encuentran actualmente un 25% por encima del pico anterior a la crisis en 2006. El gobierno ha ayudado a establecer este récord de muchas maneras, entre otras cosas a través de generosos subsidios federales a los préstamos hipotecarios, que inflan la demanda, (...) regulaciones generalmente impuestas por las autoridades locales que intentan defender el idilio suburbano, pero que sin darse cuenta empeoran la escasez de suministro", apuntó.
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