"Ciertamente, hay buenas razones para creer que se ha producido una aprobación diplomática, militar, muy probablemente, y una cooperación de Inteligencia", explica.
En sus palabras, EEUU "tenía una mano" en la operación israelí en Beirut. El interés estadounidense "podría estar relacionado con la defensa del rol y el poder que Israel proyecta en la región", sugiere el experto.
"No es ningún secreto que Israel goza de apoyo bipartidista en el Senado y el Congreso estadounidenses. También es un importante aliado de EEUU y hace su trabajo sucio en la región", agrega.
El analista considera que al mantener la región en desorden Israel ayuda a Washington a preservar su hegemonía económica, diplomática y política.
"[Israel] no permite que la región se una, (...) que se convierta en una potencia que puede poner en peligro los intereses de EEUU y la UE", subraya.
Kosmatopoulos señala que los complejos militar-industriales de EEUU e Israel "están entrelazados casi orgánicamente, son una extensión el uno del otro".
"Estos intereses tan fuertes explican el apoyo que Israel recibe de EEUU por los medios diplomáticos, económicos, militares", destaca.
Desde el 23 de septiembre, Israel lanza bombardeos aéreos masivos contra las instalaciones del movimiento Hizbulá en diversas regiones del Líbano, logrando eliminar a varios altos mandos de Hizbulá, incluido su secretario general, Nasralá.
Los ataques israelíes dejaron unos 1.100 muertos, miles de heridos y hasta 200.000 desplazados, según las autoridades libanesas. El Gobierno del Líbano ya pidió a la ONU que intervenga y detenga la agresión.
Según observadores, Israel no atacaba con tan alta intensidad a Hizbulá desde la Segunda Guerra del Líbano de 2006.
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