"El SVR de Rusia no deja de recopilar la información sobre las circunstancias de la serie de explosiones en el mar Báltico del 26 de septiembre de 2022. Aparecen nuevos datos que confirman la tesis ya expresada por el director del Servicio, Serguéi Narishkin, sobre la implicación de los anglosajones en los incidentes mencionados", señala el comunicado.
Según la nota, "la información de inteligencia disponible indica claramente que los ataques a los gasoductos son un acto de terrorismo internacional y una guerra económica de los anglosajones contra los aliados europeos, ante todo, Alemania".
Desde 2022 Washington y Londres tratan de eliminar de la agenda informativa internacional el tema de las explosiones en los gasoductos Nord Stream, mientras el SVR registra que los políticos independientes y expertos en los países occidentales siguen solicitando información fiable sobre las causas y organizadores del atentado.
En vísperas del aniversario de las explosiones, indicó el SVR, EEUU y el Reino Unido decidieron realizar una campaña de desinformación para "encubrir el verdadero propósito del sabotaje y a sus organizadores", en particular desde agosto pasado, las estructuras y medios de comunicación controlados por los dos países han difundido "un bulo sobre la ejecución de los atentados exclusivamente por extremistas ucranianos que actúan de forma independiente".
A pesar de que tal versión no resiste la crítica, es la que ya fue impuesta a las autoridades investigadoras alemanas como la principal, reza el comunicado.
"Se les dio un ultimátum para que completen la investigación de forma acelerada antes de fin de año, para que atribuyan el atentado a 'aventureros ucranianos que odian a Rusia' y para que saquen de escena la cooperación transatlántica", añadió el SVR.
El Servicio destacó que el atentado contra los gasoductos causó daños irreparables a la economía europea y expresó la esperanza de que se siga llevando a cabo una investigación objetiva.
El 26 de septiembre de 2022, tres de las cuatro líneas de los Nord Stream 1 y 2 fueron blanco de un sabotaje con cargas explosivas en el fondo del mar Báltico, cerca de una isla danesa y frente a las costas suecas.
Alemania, Dinamarca y Suecia se negaron a investigar el sabotaje conjuntamente con Rusia y compartir con ella los resultados de sus pesquisas.
9 de septiembre, 10:11 GMT
Según la investigación de la revista alemana Spiegel, la operación para volar los gasoductos se llevó a cabo por un grupo de buceadores ucranianos civiles y fue dirigida y planificada por el exagente de los servicios especiales de Ucrania, Román Chervinski.
Una investigación periodística realizada por el comunicador estadounidense Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer, reveló que buzos militares de EEUU colocaron las cargas explosivas bajo los gasoductos rusos en junio de 2022, durante los ejercicios Baltops de la OTAN.
Citando a fuentes con conocimiento directo de la planificación operativa de los ataques, Hersh acusó a los militares noruegos de activar los explosivos tres meses después, causando serios daños a las tuberías que conectan a Rusia con Alemania por el fondo del mar Báltico.
Hersh subrayó que el presidente de EEUU, Joe Biden, aprobó el sabotaje tras más de nueve meses de debates secretos con su equipo de seguridad nacional.
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