"Como resultado de las inspecciones realizadas por la Agencia Estatal de Seguridad Nacional, junto con la Agencia Nacional de Ingresos, el Ministerio del Interior y la Agencia de Aduanas, se estableció sin lugar a dudas que no se importaron, exportaron ni fabricaron en Bulgaria los dispositivos de comunicación correspondientes a los que detonaron el 17 de septiembre de 2024 en el Líbano", explicó.
El sitio web de noticias húngaro Telex publicó con anterioridad que la empresa Norta Global, con sede en Sofía, facilitó la venta a Hizbulá de esos dispositivos electrónicos.
Según la DANS, Norta Global o su propietario no realizaron transacciones de compra y venta de bienes bajo jurisdicción búlgara. Dicha empresa no realizó operaciones financieras sujetas a la Ley de Medidas contra la Financiación del Terrorismo, ni mantuvo relaciones comerciales con personas físicas y jurídicas susceptibles de medidas restrictivas en virtud de los regímenes de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU y del Consejo de la UE.
Al menos 37 personas murieron y más de 2.900 resultaron heridas en el Líbano en dos oleadas de explosiones de bíperes, walkie-talkies y demás dispositivos de comunicación el 17 de septiembre y el 18 de septiembre, según el Ministerio de Salud libanés.
La milicia proiraní Hizbulá, cuyos militantes representan el grueso de las víctimas mortales, responsabilizó a Israel de ese ataque y prometió vengarlo. Se sospecha que los dispositivos electrónicos fueron manipulados en origen a través de una red de empresas pantalla montada por la inteligencia israelí.
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