"El ataque contra el Líbano no habría sido posible sin la coordinación entre Israel y la empresa que fabricó los bíperes inalámbricos que explotaron y Estados Unidos detrás", subrayó el experto militar Ali Hamie, que relaciona el accidente con una reciente visita del alto funcionario de seguridad nacional y económica de la Administración Biden, Amos Hochstein, a Israel.
"Él [Israel] tenía cómplices", expresó Hashem, añadiendo que el ataque al Líbano "es parte de una expansión de la agresión israelí" contra su país y "la guerra cibernética es uno de los tipos de guerra más peligrosos utilizados por Israel".
"La guerra tecnológica se ha convertido en parte de cualquier conflicto y no se puede descartar la posibilidad de que Israel haya recibido ayuda para llevar a cabo ataques contra los dispositivos de comunicaciones de Hizbulá", indicó Nassef.
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