"Todo parece indicar que B.A.C. Consulting era una empresa con sede en Hungría contratada para producir estos dispositivos en nombre de una empresa taiwanesa, Gold Apollo. De hecho, formaba parte de un frente israelí, según tres agentes de inteligencia informados sobre la operación. Según ellos, también se crearon al menos otras dos empresas fantasma para ocultar la verdadera identidad de las personas que creaban esos bíperes, la de agentes de inteligencia israelíes", publicó el periódico.
Según el diario, B.A.C. Consulting fabricaba también bíperes comunes y corrientes para clientes ordinarios, pero el único cliente que realmente le importaba era Hizbulá. Los dispositivos para la milicia libanesa "se fabricaban por separado y contenían baterías mezcladas con el explosivo PETN", según los tres agentes de inteligencia.
Estos bíperes empezaron a enviarse al Líbano en verano de 2022, en pequeñas cantidades, pero la producción se aceleró después de que el líder de Hizbulá, el jeque Hasán Nasralá, denunciara la vulnerabilidad de los teléfonos móviles.
Decenas de personas fallecieron y miles resultaron heridas en el Líbano en dos oleadas de explosiones de bíperes, walkie-talkies y demás dispositivos de comunicación el 17 de septiembre y el 18 de septiembre, según el Ministerio de Salud libanés.
La milicia proiraní Hizbulá, cuyos militantes representan el grueso de las víctimas, responsabilizó a Tel Aviv de ese ataque y prometió vengarlo.