"El uso de las armas estadounidenses en Kursk, en Ucrania o en cualquier otro lugar, es un acto de escalada que tendrá consecuencias graves", señaló el diplomático ruso ante la prensa.
Sin embargo, resaltó que hasta ahora Rusia no planea solicitar una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre los ataques ucranianos contra Kursk.
El 6 de agosto, el Ejército ucraniano lanzó una ofensiva sorpresa contra la región fronteriza rusa de Kursk. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, acusó a Kiev de lanzar una "provocación a gran escala" y realizar bombardeos indiscriminados, particularmente contra instalaciones civiles.
Para el 13 de agosto, los ataques ucranianos causaron al menos 12 civiles muertos y más de 120 heridos, entre ellos 10 niños. Decenas de miles de civiles fueron desplazados por las hostilidades.
El Ministerio de Defensa ruso estima hasta el momento hasta 2.030 militares ucranianos abatidos desde el inicio de las hostilidades en la región.