"Debido a las graves y arbitrarias decisiones tomadas hoy por el régimen venezolano, el Canciller de la República, doctor Javier González-Olaechea Franco, ha instruido que se comunique a los funcionarios diplomáticos venezolanos acreditados en el Perú que deberán abandonar el país en un plazo no mayor de 72 horas", dice el comunicado de la Cancillería de Perú.
Varias horas antes, el canciller del gobierno de Nicolás Maduro, Yvan Gil, había anunciado la expulsión de todo el personal diplomático de los Gobiernos de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay, acusándolos de desconocer los resultados de las elecciones generales del pasado domingo y estar al servicio de la agenda de Washington.
"Venezuela expresa su más firme rechazo ante las injerencistas acciones y declaraciones de un grupo de gobiernos de derecha, subordinados a Washington y comprometidos abiertamente con los más sórdidos postulados ideológicos del fascismo internacional, tratando de reeditar el fracasado y derrotado Grupo de Lima, que pretenden desconocer los resultados electorales", escribió el canciller Gil en su cuenta oficial de X.
Y añadió: "Venezuela se reserva todas las acciones legales y políticas para hacer preservar y defender nuestro derecho inalienable a la autodeterminación. El Gobierno enfrentará todas las acciones que atenten contra el clima de paz y la convivencia que tantos esfuerzos han demandado del pueblo venezolano, por lo que somos contrarios a todos los pronunciamientos injerencistas y de asedio con los que en forma reiterada, se intenta desconocer la voluntad del pueblo venezolano".
El propio presidente Nicolás Maduro, quien se impuso en los comicios según los datos parciales del Consejo Nacional Electoral habiendo obtenido el 51% de los votos contra el 44% conseguido por el principal adversario opositor, el diplomático retirado Edmundo González, denunció este lunes que se quería imponer un nuevo golpe de Estado en Venezuela, en referencia al fallido derrocamiento del entonces presidente Hugo Chávez, ocurrido en el 2002 con el apoyo de EEUU.
"Se está intentando imponer en Venezuela un golpe de Estado nuevamente de carácter fascista y contrarrevolucionario", dijo Maduro, quien tras el triunfo electoral obtuvo un nuevo período de 6 años en Miraflores, la sede del Gobierno de Venezuela.
El Gobierno de Boluarte fue uno de los primeros Gobiernos de la región en cuestionar los resultados electorales, con el canciller peruano Javier González Olaechea denunciando un presunto fraude la misma noche del domingo, apenas minutos después de conocerse los guarismos provisorios, pero ya irreversibles que le daban el triunfo al presidente Maduro.
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