El
proceso electoral que vive
Estados Unidos avivó la
polarización social en una nación donde demócratas y republicanos tienen discursos e ideas prácticamente contrarias que, aunque con diferentes matices, reflejan que la sociedad estadounidense está lejos de la unidad.
El
reciente intento de asesinato al candidato presidencial republicano
Donald Trump azuzó todavía más el clima de tensión, al grado de que
Robert F. Kennedy Jr., candidato independiente a la presidencia de Estados Unidos, llamó la atención sobre una posible "revolución".
Según él, la lucha por el poder en Washington se ha convertido en una lucha de clases entre las élites y el pueblo, pues ya ha ido más allá del enfrentamiento entre demócratas y republicanos.
La posibilidad de una revolución en Estados Unidos no es una idea ni un temor nuevo, aunque su presencia en la conversación pública.
En 2022 fueron publicados dos libros que abordan el tema: The Next Civil War, de Stephen Marche, y How Civil Wars Start: And How to Stop Them, de Barbara Walters. La cultura pop no es la excepción: en 2024 fue estrenada la película Civil War, en la que en un futuro cercano Estados Unidos está sumido en una cruenta guerra civil donde los rebeldes quieren arrebatar el control al presidente.
Recientemente, un par de encuestas preguntaron a los ciudadanos si consideran factible el estallido de una guerra civil en Estados Unidos. El resultado: casi la mitad de los encuestados creen que sí es factible un evento de tales magnitudes.
De acuerdo con una encuesta realizada en mayo de 2024 por Marist National Poll, el
47% de los estadounidenses
cree que es probable que se produzca
otra guerra civil en Estados Unidos a lo largo de su vida. El 52% considera que esa hipótesis es poco o nada probable.
Otro estudio de opinión publicado también en mayo por Rasmussen Reports
revela que el
41% de los votantes considera probable que Estados Unidos sufra
una segunda guerra civil en los próximos cinco años, mientras que el 49% cree que es poco probable.
Además, el 37% de los encuestados dijo que una derrota de Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre próximo haría más probable el estallido de un conflicto interno.
Una investigación del Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de Delaware
publicada en 2022, sostiene que el principal escenario en el que podría presentarse un conflicto interno en Estados Unidos es un
resultado impugnado en las elecciones presidenciales de 2024."En este caso, existe un riesgo muy serio de que el resultado sean enfrentamientos violentos y posteriores atentados terroristas que alcancen la intensidad de una guerra civil", destaca la investigación, titulada ¿Se dirige Estados Unidos hacia una guerra civil?
Una encuesta
publicada en 2022 por Pew Research encontró un crecimiento en las hostilidades partidistas entre la población que simpatiza con el Partido Demócrata y con el Partido Republicano, porque cada vez simpatizantes de ambas fuerzas políticas ven de forma negativa no solo al partido contrario, sino a sus seguidores.
Los meses del conflicto entre Israel y Palestina, los múltiples juicios al expresidente Donald Trump y el inicio de la temporada de elecciones presidenciales llevaron a que disminuyera la unidad entre los estadounidenses, de acuerdo con el Índice de Unidad Vanderbilt, que
muestra que
Estados Unidos continúa su tendencia hacia una mayor polarización, terminando 2023 con una caída de alrededor de 10 puntos porcentuales desde el comienzo del año.
Un hipotético estallido de un conflicto interno en Estados Unidos no solo afectaría a los habitantes de ese país, si no que, según los expertos, podría
trastocar a los aliados de Washington alrededor del mundo y a sus vecinos geográficos.
En el
caso específico de México, el experto cree que sería uno de los países más afectados porque comparte miles de kilómetros de frontera y porque hay muchos mexicanos radicando en Estados Unidos.
"Yo creo que de darse cualquier tipo de situación de tensión interna [en Estados Unidos], particularmente para México sí sería muy riesgoso, porque compartimos miles de kilómetros en la frontera, pero, además, porque hay muchos mexicanos radicando en los Estados Unidos, porque muchas personas que viven en México tienen familiares o gente cercana en los Estados Unidos y cualquier situación de explosión social o de conflictividad, seguramente va a involucrar a estas personas", concluye el experto.