La ultraderecha representada por el partido Agrupación Nacional y sus aliados logró el 33,4% de los votos en la primera vuelta de las legislativas anticipadas, de acuerdo con datos del Ministerio del Interior.
Esto pone en una situación de fragilidad al mandatario Emmanuel Macron y a su coalición, Juntos por la República, que se fueron hasta la tercera posición con el 20,76% de los sufragios. En segundo lugar, quedó el bloque izquierdista Nuevo Frente Popular, con el 27,98% de los votos.
"Aunque constitucionalmente puede conservar la presidencia hasta el final de su mandato en mayo de 2027, es posible que decida que, con su autoridad por los suelos, su posición es insostenible", escribe Max Hastings, también historiador por el University College de Oxford.
Según el analista, lo que sufrió Macron el 30 de junio fue una "humillación electoral" que puede ser leída como "un presagio para el resto de Europa".
Este resultado, dice el especialista, refleja un estado de ánimo público, de disgusto que aflige a muchos países de todo el mundo.
"La complejidad del sistema electoral parlamentario francés y su vulnerabilidad al voto táctico hacen que los pronósticos sean peligrosos, pero parece casi seguro que Francia está ahora sumida en una crisis política sostenida, que no puede dejar de extenderse a la Unión Europea. Macron se enfrenta a lo que los franceses llaman cohabitar con un primer ministro de otro partido, una fórmula de gobierno débil", considera Hastings.
De acuerdo con el analista, el voto de aprobación de buena parte de los franceses a Agrupación Nacional fue impulsado por una "hostilidad al centralismo de la Unión Europea" y porque sectores sociales como los agricultores y los sindicalistas no han encontrado un Gobierno que les solucione sus problemas en cuanto al aumento del costo de vida y de energía. Además, otro factor que jugó en contra de Macron, dice, fue aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años, una decisión que desató protestas en toda Francia porque además no pasó previamente por una votación legislativa.
"El futuro primer ministro proveniente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, de 28 años, que está a punto de convertirse en una gran potencia en Francia, es una figura extraordinaria y enigmática. Parece la encarnación del populismo vacuo, pero hay que tomárselo en serio porque millones de votantes se han mostrado dispuestos a confiarle su futuro político", señala Hastings.
"El propio partido de Macron ha sufrido ahora una derrota que le convertirá en un líder nacional cojo durante el resto de su mandato, incluso si renuncia a dimitir inmediatamente. Mantiene el poder de elegir al próximo primer ministro, pero esta decisión debe reflejar la composición del Parlamento. A partir de ahora, el primer ministro y el gabinete controlarán la política interior, mientras que la autoridad del presidente se limitará a los asuntos exteriores y la defensa", concluye.
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