Memoria viva
"El Día de la Victoria es un día especial, no solo para Rusia, sino para toda la humanidad", expresa Lamesa.
Y en este contexto de revisionismo histórico, esa carrera distópica de la farsa en la que se ha embarcado el Occidente colectivo, para la que se sirve de todas las artimañas posibles, desde la censura de medios que dicen verdades incómodas, hasta las declaraciones de sus propios líderes. Precisamente las autoridades de Alemania, país que apoya a Ucrania con dinero y armas que atacan a Rusia y a los rusos, y que provocan muertes de civiles, prohibieron portar objetos rusos y soviéticos relacionados con el Día de la Victoria.
Una situación que causó la reacción de la Embajada del gigante euroasiático en Berlín. "Consideramos inaceptable la decisión de las autoridades de Berlín, según la cual los días 8 y 9 de mayo de 2024 está prohibida en los principales monumentos soviéticos de guerra, la exhibición de banderas, símbolos y demás parafernalia indisolublemente ligada al Día de la Victoria y a la liberación de Alemania y Europa del nazismo. Entre ellos, se encuentran el Estandarte de la Victoria, las cintas de San Jorge, elementos del uniforme militar histórico de los Estados de la coalición anti–Hitler, y canciones de los años de la guerra", explicó la sede diplomática rusa.
El comunicado añade que "la Unión Soviética pagó por un cielo pacífico con las vidas de más de 27 millones de sus ciudadanos que fallecieron en los campos de batalla, fueron torturados en campos de concentración nazis y murieron a causa de agotadores trabajos forzados, hambre y enfermedades".
Respecto a esta decisión de Alemania de prohibir emblemas conmemorativos al 9 de mayo, Lamesa confiesa que no le llama la atención "porque a Alemania se le ha 'lavado la cara' simplemente". "Los juicios de Nuremberg fueron muy importantes para juzgar y condenar a los principales jerarcas militares del nazismo. [Pero] hay que recordar también que a la inmensa mayoría de los que fueron criminales ejecutores de esta barbarie, oficiales de las SS, incluso de la Wehrmacht [se los recicló]. Porque también para reciclarlos e incorporarlos a la OTAN, se hizo aquella leyenda de la 'Wehrmacht buena', que 'no tuvo nada que ver' con las atrocidades, que fueron solamente 'esos malos demonios de la Gestapo y de las SS', a los cuales también reciclaron para la inteligencia de la República Federal alemana y para colaborar con el MI6 y con la CIA", explica el analista.
"Entonces, cuando a un país solo se le hace un lavado de cara y no se le desnazifica, simplemente se pone la basura debajo de la alfombra. Tarde o temprano esto vuelve a suceder, porque, como yo siempre digo con ironía, hoy están 'vengando al abuelito'. Hoy simplemente lo que están haciendo es tomándose la revancha de esa derrota humillante que sufrió ese ejército nazi. […] Por supuesto que ese ejército, ese pueblo y ese país, que se autopercibía invencible, fue derrotado de manera humillante, con un costo enorme, pero fue derrotado de una manera humillante por la Unión Soviética", concluye Lamesa.