Según un portavoz de la policía de D.C., citado por el medio The Washington Post, el hombre, identificado como Aaron Bushnell, de 25 años, murió el 25 de febrero por la noche.
Bushnell se inmoló muy cerca de la entrada del edificio diplomático, poco antes de las 13:00 horas de la tarde del 25 de febrero. Minutos más tarde, el fuego fue extinguido por agentes del servicio secreto vestidos de civil, le dijo a Sputnik el Servicio de Bomberos y de Rescate de la capital estadounidense.
El hombre se grabó a sí mismo gritando "¡Palestina libre!", mientras era devorado por las llamas, según imágenes que se han difundido en las redes sociales y que él mismo subió a su cuenta de Twitch.
En el video, el militar estadounidense informó que "ya no seré cómplice del genocidio [en la Franja de Gaza] y añadió: "Estoy a punto de participar en un acto extremo de protesta".
De hecho, al inicio del video, el hombre comienza a decir lo siguiente: "Me llamo Aaron Bushnell. Soy miembro en activo de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos y no voy a seguir siendo cómplice de un genocidio. Estoy a punto de realizar un acto extremo de protesta. Pero comparado con lo que la gente ha estado experimentando en Palestina a manos de sus colonizadores, no es extremo en absoluto. Es lo que nuestra clase dominante ha decidido que sería normal".
El sujeto fue trasladado al hospital en estado crítico, con quemaduras que le provocaron la muerte.
Las autoridades israelíes señalaron que ningún empleado de la Embajada resultó herido y también mencionaron que nadie conoce a la persona que se prendió fuego.
La embajada de Israel en Washington ha sido escenario de repetidas protestas que exigen un alto al fuego en la Franja de Gaza.
El 7 de octubre de 2023, el movimiento palestino
Hamás lideró un ataque sorpresa contra más de 20 comunidades israelíes, dejando
unos 1.200 muertos, cerca de
5.500 heridos y
capturando a 253 rehenes, de los cuales
unos 100 fueron liberados semanas después en intercambios de prisioneros.
En represalia,
Israel le declaró la guerra a Hamás e inició una campaña de bombardeos sobre el enclave palestino y otros territorios ocupados, que hasta el momento han asesinado a
más de 29.600 palestinos y han dejado cerca de
69.800 heridos.
Además, el país hebreo impuso un bloqueo total a la Franja de Gaza y cortó el suministro de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible.
Según información de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA),
la última vez que la población desplazada de la Franja de Gaza (cerca de 2 millones de personas) recibió ayuda humanitaria fue el 23 de enero.
Mientras que las condiciones sanitarias son ya insostenibles en los refugios de del enclave, gravemente masificados. "El agua potable es escasa. Los residuos sólidos se están acumulando. La propagación de enfermedades va en aumento", indicó el organismo.
"Nuestros llamamientos para enviar ayuda alimentaria han sido rechazados y han caído en oídos sordos. Este es un desastre provocado por el hombre", consignó UNRWA.