Según la memoria de los pueblos que ancestralmente vivieron en la región andina, el tata Inti (el dios Sol), instruyó la creación del Imperio inca a sus hijos Manco Cápac y Mama Ocllo. Este matrimonio emergió del agua del Titicaca para enseñar a los humanos a cultivar alimentos, construir casas, vivir en comunidad y adorar a las deidades que permiten el desarrollo de la vida en el mundo. Por este motivo se considera que este lago es sagrado.
Durante la mayor parte de 2023, decenas de noticias, mediciones e investigaciones alertaron que el lago navegable más alto del mundo estaba en peligro. Una serie de desajustes climáticos impidieron que las lluvias mantuvieran el nivel de agua al cual están acostumbradas decenas de comunidades y poblaciones que viven en sus márgenes.
Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), el Titicaca atravesó la peor sequía en 30 años. Hasta que las tan esperadas lluvias comenzaron a caer a mediados de noviembre para garantizar la vida de este cuerpo de agua, compartido por Perú y Bolivia.
Sputnik recorrió el estrecho de Tiquina, en el departamento de La Paz, para conocer las impresiones de quienes viven junto al lago y trabajan cotidianamente en sus aguas.
Este estrecho es un punto de paso obligado para quienes concurren desde la ciudad de La Paz hasta Copacabana, la población del lago más atractiva para el turismo.
Para cruzar el estrecho es indispensable tomar barcas o botes, que en 10 minutos unen las poblaciones de San Pablo de Tiquina y San Pedro de Tiquina. Gran parte de los habitantes de ambos pueblos viven de pasar buses, camiones, autos y gente de uno al otro lado.
Armin Machaca, nacido en esta tierra, vio varias veces subir y bajar el nivel de las aguas del lago. Por ello le restó importancia a los anuncios de la peor sequía en tres décadas.
"Como en cada año, durante el tiempo de lluvia el agua sube; y durante el tiempo de seca, en invierno, baja. Hay años en que sube mucho el agua, años en que baja mucho. Ahorita no llega a su nivel de años anteriores", dijo Machaca a Sputnik.
En San Pedro y San Pablo de Tiquina recuerdan la inundación de 1986, cuando el nivel del agua alcanzó a las casas de ambas localidades.
"Hará unos 15 días el agua volvió a subir. Por la noche sube entre 5 y 10 centímetros. Es por la temporada de lluvia", advirtió Machaca. "Muchos piensan que está secándose el lago Titicaca, pero no es así. No tiene el nivel de cuando era niño, pero no va a desaparecer", se mostró confiado el vecino de Tiquina.
"Las sequías se sienten a nivel mundial. Por eso pienso que exageran cuando dicen que el lago está secándose. El periodismo siempre aumenta algo más. Pero la realidad es lo que se ve", dijo, señalando al incesante tráfico de enormes barcas que cargaban camiones y buses a través del estrecho.
Machaca lamentó que en estos días se encuentren menos peces en el lago: "Ahora la pesca es un negocio. Por eso hay varias especies que se han perdido, como el umanto. Y bogas quedan pocas. Antes veías pescado en cualquier parte, por eso no se lo valoraba". Aún quedan especies como la trucha, el pejerrey, ispi, carachi y bagre.
La señora Silvia vende estas especies de pescado frito con mote, chuño y llajua en el puerto de San Pablo. Tiene clientes constantemente entre el trajinar de turistas que desean pasar a San Pedro.
"Normal hay pescado. No ha bajado la cantidad, a pesar de que el agua un poco ha bajado. Tenemos normal pescado, hay ispis, pejerrey", comentó a Sputnik. Con 10 años trabajando en su puesto, la señora Silva evaluó que "a veces el agua baja, a veces sube. Pero ahora que está lloviendo se va a mantener el nivel".
28 de octubre 2023, 04:00 GMT
Nuevo récord
El lago, como las poblaciones de Tiquina, está a 3.800 metros sobre el nivel del mar. Tiene una extensión de 8.500 km² y una profundidad máxima de 280 metros.
El Senamhi realiza sus mediciones del nivel de agua en la población de Huatajata, donde en 1996 registró una altura de 299 centímetros. Esta cifra, la más baja en las últimas décadas, fue superada este año cuando la regla marcó 293 centímetros.
A sus 65 años, José Mamani es el encargado de controlar el ascenso de pasajeros a los botes que van a San Pedro de Tiquina. Mostró a Sputnik hasta dónde llegaba el nivel del agua años atrás.
El lago Titicaca revive con la caída de lluvias y sube su nivel de agua
© Sputnik / Sebastián Ochoa
"Estaba hasta acá arriba, donde se ha marcado en las alguitas secas. Es un metro y medio que ha bajado", calculó.
De todas maneras, la caída en el nivel no le preocupó: "Más antes, cuando era niño, el agua había bajado mucho más que ahora", dijo y señaló un lugar aguas adentro.
Puente y misterios
Existe un proyecto para la construcción de un puente que una a las poblaciones de San Pablo y San Pedro, que dejaría sin trabajo a decenas de navegantes.
Machaca comentó que en el estrecho hay 150 barcas, que en un día pueden realizar un solo viaje, ida y vuelta. Cada vehículo que sube a sus pontones paga 40 pesos bolivianos (aproximadamente 5,80 dólares) para cruzar.
Dos vehículos de ida y dos de vuelta reportan Bs. 160, a los cuales se les debe descontar Bs.50 de gastos de gasolina. "En total nos queda Bs. 110", unos 16 dólares, explicó.
"La gente piensa que acá tenemos una mina de oro, pero no es así. En estas fechas de vacaciones sí hay más movimiento, pero no es todos los días", aclaró.
"El Gobierno tiene que tener cuidado si quiere construir ese puente, porque este lago tiene misterios desde la época de los incas. Hay que tenerlo mucho en cuenta, porque la construcción puede salir mal", dijo Machaca y afirmó que el Titicaca alberga varios tesoros escondidos de tiempos incaicos.
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