Tras la 63ª Cumbre de jefes de Estado del Mercosur celebrada en Río de Janeiro el pasado 7 de diciembre, se abren nuevas perspectivas para el bloque regional sudamericano con la inclusión oficial de Bolivia como miembro pleno, así como la firma de un tratado de libre comercio con Singapur.
A ello se suma la frustración por no haber alcanzado un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) tras más de 20 años de negociaciones.
Avanzar en un tratado comercial entre los bloques implica "conciliar un equilibrio entre todos los actores: no es fácil y hay partes que ganan y pierden más que otras. Eso ha pasado en otros acuerdos librecambistas en la historia del Mercosur", afirmó a Sputnik el politólogo brasileño André Araujo.
Según el también integrante del Observatorio de Regionalismo de Brasil, el acuerdo implica a unos 30 países con sus especificidades internas y sectores agrícolas, industriales y de servicios "que tienen proyecciones distintas", reconoció.
"Dentro de la UE hay partes que están interesadas en un acuerdo con el Mercosur, sobre todo por la posibilidad de proyectar productos más industrializados, mientras otros sectores son más resistentes a la competencia latinoamericana", agregó. El sector agrícola y ganadero de Francia, ejemplificó, "ha sido uno de los que más han presionado y logrado apoyo gubernamental para frenar el acuerdo entre los dos bloques".
Sin embargo, también dentro del Mercosur "hay dudas sobre cuáles grupos económicos serán beneficiados con el acuerdo, ya que podría impactar negativamente las industrias aún emergentes", destacó Araujo.
Bolivia, el nuevo miembro pleno del Mercosur
Tras 11 años de iniciadas las negociaciones, el Senado de Brasil ratificó la inclusión de Bolivia como miembro pleno, con voz y voto, del bloque comercial y aduanero.
Araujo remarcó que el ingreso de Bolivia "es un hecho significativo para la estrategia del bloque", en pos de consolidar al Mercosur "como uno de los principales sistemas de integración regional, aún más sólido, con más actores participando de ese proceso".
De acuerdo al politólogo brasileño, la contribución de Bolivia al bloque va más allá de lo económico. "También agrega en lo cultural, en lo social, en lo ambiental y en todas las dimensiones de la cooperación regional", subrayó.
Según el analista, el ingreso de Bolivia puede incluso reactivar la financiación de proyectos de infraestructura mediante el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM), que se encuentra en un "período de parálisis". Esta nueva circunstancia podría significar la oportunidad de rediscutir el FOCEM "como mecanismo de desarrollo y de reducción de asimetrías entre los miembros", apuntó.
En su condición de Estado parte, Bolivia tiene poder de voto y veto en todas las decisiones del Mercosur. Así, es necesario el acuerdo entre los miembros para cada decisión del bloque. "Eso plantea la discusión sobre la reforma institucional que es debatida hace tiempo. La perspectiva de la política exterior boliviana también impulsa debates sobre qué regionalismo se llevará adelante", enfatizó Araujo.
De acuerdo con el politólogo brasileño, en los próximos cuatro años de transición hasta que el Estado Plurinacional adopte la normativa del bloque, "se conocerán las prioridades bolivianas para el Mercosur y como los demás trabajarán con una nueva perspectiva".
"Eso puede también traer ventajas para distribuir el poder, ya que los países son muy distintos. Brasil tiene dimensiones que no se comparan a los demás y así, los países menores, como Paraguay y Uruguay, pueden ver un aliado en Bolivia", destacó.
Acuerdo con Singapur y el rol de Paraguay en las negociaciones
La reciente cumbre del Mercosur confirmó el acuerdo de libre comercio con Singapur, el primero de este tipo en los últimos 12 años. "Se trata de un acuerdo significativo por ser el primero que se firma desde el 2011, y una ampliación de la red de acuerdos comerciales hacia Asia", explicó Araujo.
En este sentido, el canciller singapurense Vivian Balakrishnan destacó el rol de Asunción como negociador para concretar la alianza.
"Paraguay ha encabezado las negociaciones, pero el Mercosur siempre cuenta con la participación de los cuatro miembros para alcanzar un acuerdo entre todas las partes", aclaró el analista.
La firma del acuerdo con un miembro del bloque Asia-Pacífico también "responde a las demandas del Gobierno uruguayo y de muchos sectores económicos que anhelan que el Mercosur tenga más acuerdos librecambistas", consideró Araujo.
"Esta puede ser una señal a esos actores, demostrando que el Mercosur sigue activo y mejorando su inserción en el mercado exterior y que las negociaciones pueden avanzar incluso con otros socios", apuntó el politólogo.
El acuerdo con China y la llegada de Milei
Así como el analista consideró el acuerdo con la UE como complejo, "una negociación con China también lo sería, ya que varios factores están en juego".
En este sentido, Araujo destacó que Paraguay es el único país del bloque que reconoce diplomáticamente a Taiwán y no como parte de la República Popular China, y la posición del presidente electo de Argentina, Javier Milei, contraria a alcanzar un acuerdo con el gigante asiático.
Asimismo, al ser "la potencia más grande en cuestiones industriales, de inversiones y de mercado consumidor", el entrevistado advirtió que "un acuerdo que no sea bien equilibrado puede traer impactos negativos a la economía del Mercosur".
7 de diciembre 2023, 18:03 GMT
"Las industrias locales podrían no soportar la competencia con los productos chinos, lo que generaría efectos negativos en empleo y otras variables sociales", indicó. Además, "si bien se buscan resultados rápidos, históricamente las negociaciones y luego las ratificaciones llevan años para ser concluidas. Ante eso, no es seguro que un acuerdo sea alcanzado tan pronto", agregó.
Respecto a las expectativas sobre la nueva administración de Milei, quien ha sostenido una mirada peyorativa hacia el bloque regional, Araujo acusó que "aunque muchos líderes suramericanos han contestado al Mercosur en su historia, nadie jamás ha decidido salir. Puede haber problemas, pero aún así prefieren estar dentro que fuera".
Sin embargo, como sucedió durante la Administración de Jair Bolsonaro (2019-2023) en Brasil, "las tensiones entre los gobiernos pueden generar conflictos entre los líderes e incluso dificultades para avanzar en la integración", apuntó.
Por ello, el experto consideró que los próximos cuatro años "pueden imponer desafíos y decisiones difíciles, pero la historia nos muestra que el Mercosur es un bloque sólido y que sabe adaptarse a las distintas decisiones". Y es precisamente, "su flexibilidad e institucionalidad ligera pueden ser ventajas para que sepa reducir o incrementar su presencia de acuerdo a cada situación", concluyó Araujo.
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