"Las encuestas han demostrado sistemáticamente que la mayoría de los votantes, incluida la mayoría de los demócratas, no creen que Biden deba presentarse en 2024, y muchos tienen profundas dudas sobre la edad del presidente de 80 años, su aptitud para el cargo y su liderazgo", afirma el rotativo estadounidense, que cita una encuesta reciente de NBC News que muestra a Biden con una aprobación del 41%, con un 56% de desaprobación, frente al 46% de aprobación y el 50% de desaprobación de la misma encuesta en enero.
De acuerdo con el diario, Biden tiene que hacer frente a la tercera semana de huelga de los trabajadores del sector automovilístico y a la próxima confrontación sobre la financiación a Ucrania, después de que el
Congreso aprobara un proyecto de ley para mantener la financiación del Gobierno hasta mediados de noviembre.
Líderes demócratas que hablaron con el WSJ compararon este momento con el ciclo de 2016, cuando muchos de los principales demócratas dejaron de lado las vulnerabilidades de Hillary Clinton solo para ver cómo, finalmente, perdía ante Trump.
"Sería irresponsable por nuestra parte no estar preocupados en este momento. La gente puede tener esperanzas sobre cuál va a ser el resultado. Pero no tenemos ninguna prueba de por qué deberíamos estar esperanzados. Las encuestas son malas. Los índices de aprobación son malos. Conocemos las preocupaciones tanto sobre la edad del presidente como sobre la vicepresidenta en caso de que tomara el relevo", dijo al rotativo un miembro del Comité Nacional Demócrata.
"Quiero que continúe el bidenismo, pero creo que la mejor manera de asegurarse de que eso ocurra es quizás tener un candidato diferente a Joe Biden", agregó el dirigente.
De acuerdo con el diario, los defensores del presidente argumentan que incluso si Biden diera un paso al costado, eso podría desencadenar un proceso de primarias desordenado que podría no producir un candidato mejor.
"Pocos esperan que la vicepresidenta Kamala Harris convenza a otros demócratas de no presentarse en unas primarias abiertas. Los índices de aprobación del trabajo de Harris van a la zaga de los de Biden, y algunos donantes y funcionarios del partido tienen dudas sobre si ella podría suceder a Biden con eficacia", afirma el WSJ.
Los asesores de Biden han
descartado las dudas persistentes como un caso clásico de "mojar la cama" demócrata, señalando que el entonces presidente Barack Obama también sufrió de malas encuestas en este punto de su primer mandato.
"En 2020, nuestra campaña se centró en los votantes reales, no en la cháchara de la sala verde de los telediarios. Lo que importa es construir una operación fuerte, invertir en llegar a nuestra coalición y centrarnos en noviembre de 2024. Esa estrategia funcionó entonces, y volverá a hacerlo en 2024", dijo el portavoz de la campaña de Biden, Kevin Muñoz.