Al menos así lo sugiere el profesor de ciencia política de la Universidad de Nordeste, Max Abrahms, en un artículo publicado en Newsweek, en el que se cuestiona por qué los consorcios mediáticos estadounidenses de tendencia demócrata no cuestionan ese caso de los Biden como sí lo hicieron hace años con la nunca probada y ya desmentida relación entre Donald Trump y Rusia.
El autor señala que, a pesar de los testimonios presentados principalmente por los políticos republicanos, los medios de comunicación estadounidenses minimizan las acusaciones respecto a que Hunter Biden supuestamente firmó millonarios contratos con la energética ucraniana Burisma, únicamente por ser el hijo del entonces vicepresidente Biden.
En las últimas semanas, se ha revelado información que abonaría a la confirmación de los rumores, especialmente la declaración jurada que Devon Archer, amigo de Hunter Biden y exempleado de Burisma, dio al Congreso de Estados Unidos el pasado 31 de julio y en la cual aseguró que Joe Biden participó vía telefónica en varias reuniones que sostuvieron directivos de la firma ucraniana y Hunter.
El investigador añade que, al surgir las primeras investigaciones, el fiscal ucraniano encargado del caso, Víktor Shokin, fue separado de su cargo luego de que el presidente estadounidense lo acusara de corrupción. Después de ello, Shokin fue destituido y en su lugar quedó un fiscal que cerró el caso Burisma casi de inmediato.
Al respecto, el propio Shokin reconoció en un video publicado en redes sociales que Joe Biden estaba consciente de que la indagatoria alcanzaría a su hijo. Además, descartó haber incurrido en algún acto de corrupción, como señaló el mandatario.
"Estábamos a punto de alcanzar la conclusión del caso. Entendiendo todo esto, Biden usó todos los medios no oficiales a su disposición… Biden estaba actuando en favor de sus propios intereses, de su familia… Joe Biden tenía razón en temer que esto eventualmente caería en su hijo", declaró Shokin.
Pese a ello, recalca Max Abrahms, la acusación de corrupción contra la familia Biden aún se trata en los medios occidentales prácticamente como una teoría de conspiración.
Mientras tanto, Kiev se mantiene alejado de la controversia debido a que Washington es el país que lidera el financiamiento de las tropas ucranianas, razón por la que el experto cree que cualquier prueba de corrupción que pudieran tener las autoridades ucranianas no derivará en una consecuencia penal.
"A diferencia de las acusaciones sin sustento sobre el kompromat ruso contra Trump, la evidencia es robusta respecto a que Joe Biden abusó de su poder como vicepresidente para masivamente enriquecer a su familia a través de tráfico de influencias. El vicepresidente exitosamente amenazó con retener la ayuda financiera si el presidente ucraniano no mandaba a dormir la investigación que exponía la estafa de Biden", finaliza Max Abrahms.
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