Una encuesta realizada recientemente por CNN y SSRS arrojó que el 55% de los encuestados estadounidenses está en contra de que el Congreso de ese país siga aprobando financiamiento para Ucrania, pues consideran que Washington ya ha hecho lo suficiente para apoyar a Kiev.
Ese desacuerdo de la población se percibe todavía más entre el Poder Legislativo, ya que el 71% de los republicanos se declara en contra de seguir respaldando a Kiev.
"Ahora una mayoría de estadounidenses, y un número más considerable de republicanos quiere abandonar la lucha (…) Es una mala idea que cobra fuerza en el peor momento y marca un punto bajo para el partido de Reagan [el Partido Republicano]", reconoció el exlegislador republicano Adam Kinzinger en un artículo para la misma cadena de noticias.
En su opinión es "vergonzoso" que los republicanos quieran retirar o mermar la ayuda a Ucrania, a pesar de que Washington ya ha soltado decenas de millones de dólares a cambio de nulos resultados en el campo de batalla, donde las Fuerzas Armadas de Rusia se mantienen sólidas, según declara el Kremlin.
El exmiembro de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes también admitió que los resultados de esta encuesta son claros: muchos republicanos están dispuestos a darle la espalda a los soldados estadounidenses. "Podría ser desmoralizador", aseguró.
Asimismo, observó "el lento progreso que Ucrania está teniendo en el campo de batalla" y dijo que las esperanzas de un avance considerable de las contraofensivas ucranianas "se han estrellado contra la realidad de las fortificaciones rusas".
Para Kinzinger, otro factor que abona al pesimismo entre los republicanos es el llamado "efecto Trump", concepto que engloba todas las posiciones del exmandatario en torno a retirar la ayuda a Zelenski.
Esta misma postura ha sido respaldada, en formas distintas, por otros potenciales candidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos, como Ron DeSantis y Mike Pence.
8 de agosto 2023, 17:43 GMT
Ante este panorama, el político considera que su partido "está perdiendo la fe" en lo que él llama "la lucha por la democracia". Además, señaló que el conservadurismo que él conoció y del que él fue partidario ya "está desapareciendo".
"En su lugar está surgiendo un Partido Republicano que parece inmune a la necesidad mundial de un liderazgo estadounidense", finalizó Kinzinger.
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