Por su parte, la ministra Margarita Ríos Farjat, quien curiosamente
se sumó al máximo tribunal propuesta por el actual Gobierno, afirmó que la norma combatida genera un efecto de opacidad y "anula las mejores prácticas en materia de transparencia institucional".
El decreto había entrado en vigencia el 22 de noviembre de 2021 y había sido justificado por el Gobierno de López Obrador en nombre de agilizar sus proyectos y obras insignias, que como en el caso del Tren Maya habían sufrido para entonces retrasos debido a los numerosos amparos que se han interpuesto para frenar su construcción, y que el presidente mexicano atribuía a sus adversarios políticos.
El decreto permitía acelerar iniciativas en las áreas de comunicaciones, telecomunicaciones, aduana, fronteras, hidráulica, hídrica, medio ambiente, turística, salud, vías férreas, ferrocarriles, energía, puertos, aeropuertos, e incluía a todas las obras que fueran consideradas como estratégicas para el desarrollo del país y de "seguridad nacional".
La sentencia de la Corte, que solo contó con los votos negativos de los ministros Arturo Zaldívar, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, ahora establece la inconstitucionalidad del decreto, dándole la razón al INAI (el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales).
El organismo público había impulsado la demanda que llegó al tribunal al considerar que la normativa vulneraba el derecho de la sociedad a tener información de las obras públicas que llevaba adelante la actual Administración federal mexicana.
El INAI indicó en su demanda que el decreto violaba el artículo 6 de la constitución, que establece que "el derecho a la información será garantizado por el Estado", ya que la normativa imponía la "reserva de la información y la clasificación de la misma".
Tras conocerse la sentencia de la Suprema Corte, el INAI
destacó en un comunicado de prensa que el fallo salvaguarda "el derecho de la sociedad a conocer y acceder a toda la información relacionada con los proyectos y obras a cargo del Gobierno", lo que a su entender, "permitirá monitorear su desarrollo y vigilar que el gasto público se lleve a cabo de manera eficaz y eficiente".
Esta decisión fue duramente criticada durante sus mañaneras por el presidente López Obrador, quien dijo que el poder judicial en México estaba "podrido", además de que el mandatario aprovechó para pedir el voto en 2024 con el objetivo de tener mayorías legislativas que le permitan poder llevar adelante una reforma electoral.