El reconocimiento a nivel mundial de la lucha de Argentina por la democracia y los derechos humanos fue revalidado en las calles en el marco del 24 de marzo, Día de la Memoria, Verdad y Justicia, a 47 años del inicio de la última dictadura cívico-militar (1976-1983).
La multitudinaria movilización popular acudió al centro de la ciudad de Buenos Aires, donde se celebró el tradicional acto de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes enfrentaron en soledad al Gobierno de facto en su inicio, reclamando por la aparición con vida de sus familiares desaparecidos por el régimen.
La fecha se inscribe en un escenario particular por diferentes motivos. En primer lugar, se trata del primer aniversario tras el fallecimiento de Hebe de Bonafini, la emblemática fundadora de Madres de Plaza de Mayo. Además, emerge en el horizonte el escenario electoral 2023 con candidatos presidenciables que defienden abiertamente una postura negacionista del terrorismo de Estado.
Ante este panorama, a 40 años de la recuperación institucional bajo la presidencia de Raúl Alfonsín (1983-1989), una de las consignas centrales que ordenaron la jornada pregonaba que "la democracia se defiende en las calles".
"Mis hijos son chicos, tienen 10 y 12 años, y no saben bien de qué se trató la dictadura. Por eso me parece fundamental que los padres los traigamos para mantener vivo el mensaje de las Madres y Abuelas. Porque si el pueblo no tiene memoria, la democracia está en riesgo", señaló a Sputnik Pablo, quien asiste a la Plaza de Mayo cada 24 de marzo de los últimos 20 años.
Pablo reconoce que la célebre película Argentina, 1985 —que narra el proceso judicial que culminó con la condena a prisión a represores de la dictadura— resultó fundamental para que sus hijos conocieran la historia de su país.
"La película me ayudó mucho en mi casa porque hoy no se habla tanto del tema. Está buenísimo que estas cosas tengan tanta repercusión, sobre todo para los más chicos", relató.
La reivindicación de las instituciones democráticas y republicanas no estuvo exenta de discusiones coyunturales. En el marco de la semana del Día de la Memoria, se celebró en Buenos Aires el III Foro Mundial por los Derechos Humanos que tuvo como uno de los ejes centrales el rechazo a la persecución judicial denunciada por dirigentes latinoamericanos.
Con la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, como oradora central, el evento destinado a la reivindicación democrática estuvo teñido de una contundente crítica al desempeño del Poder Judicial, tras la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos que recibió la expresidenta (2007-2015) por la denominada causa Vialidad.
Independientemente de las disputas coyunturales, cientos de miles de personas acudieron sin identificaciones partidarias en reclamo de una de las consignas rectoras de la joven democracia argentina: el "Nunca más" al terrorismo de Estado.