"¿Qué clase de persona puede hacer acusaciones contra otra, en este caso un expresidente de Estados Unidos... de un crimen cuando todo el mundo sabe que no se cometió ningún crimen y también sabe que la potencial muerte y destrucción con tales falsas acusaciones podría ser catastrófica para el país", escribió Trump en su red social Truth.
El pasado 18 de marzo, el propio Trump sugirió que sería sometido a cargos criminales y que sería detenido el 21 de marzo e instó a sus partidarios a "recuperar nuestro país".
El 20 de marzo los republicanos de la Cámara de Representantes exigieron en una carta una declaración del fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien supuestamente va a acusar al expresidente. Los congresistas acusaron a Bragg de pretender "cometer un abuso de poder sin precedentes y acusar al expresidente de EEUU, candidato en unas futuras elecciones".
Según los autores de la carta, estas acciones del fiscal harían tambalear la confianza en la aplicación equitativa de la justicia y podrían considerarse una injerencia en la campaña electoral de 2024. El documento está firmado por los jefes de las comisiones jurídica, de control y de administración de la Cámara.
La acusación contra Trump está relacionada con supuestos pagos ilegales a la estrella de cine para adultos Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels, en 2016 en un intento por evitar que revelara su relación sexual de 2006. 130.000 dólares fueron supuestamente transferidos a través de una empresa fantasma por el entonces abogado de Trump, Michael Cohen, a quien la Organización Trump reembolsó el gasto, enmarcándolo como gastos legales.
El propio expresidente niega tanto la conexión con Daniels como cualquier infracción de la legislación fiscal por su parte. La defensa de Trump trata de demostrar que Cohen actuó por iniciativa propia.
Trump corre el riesgo de convertirse en el primer mandatario estadounidense de la historia en enfrentarse a cargos penales.