El fenómeno inflacionario no encuentra freno en la economía argentina. En febrero de 2023 el Índice de Precios al Consumidor (IPC) creció un 6,6% y alcanzó el 102,5% interanual, la medición más alta desde 1991, durante la presidencia de Carlos Menem, lo cual supera las predicciones económicas del Gobierno de Alberto Fernández.
Según datos de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, desde la sistematización de estadísticas oficiales en 1943, tan solo cinco Administraciones registraron índices inflacionarios menores a dos dígitos, mientras que seis Presidencias enfrentaron un IPC superior a los tres dígitos en promedio.
A lo largo de los últimos 100 años, la tasa de inflación promedio en Argentina se situó en un 105% anual. El récord inflacionario en el país es de 3.079% en 1989, hacia fines del Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989).
De la década de 1940 a 1974
Desde 1943 hasta 1974, año en que murió el expresidente Juan Domingo Perón (1946-1955 y 1973-1974), la mayor escalada del IPC interanual ocurrió durante la Administración de Arturo Frondizi (1958-1962), al alcanzar el 120% en 1959, mientras que la mayor tasa de inflación promedio se registró durante el Gobierno de facto de Alejandro Lanusse (1971-1973) con un 63,4% anual.
En el otro extremo, la Administración de un mes y 19 días de Héctor José Cámpora en 1973, registró una tasa inflacionaria de -30,1%.
Dictadura cívico-militar y primavera democrática
Entre los Gobiernos de facto y democráticos sucedidos en las décadas de 1970 y 1980 se evidenció el paso de un escenario de alta inflación a uno de hiperinflación, hacia el inicio del menemismo en 1989.
Durante los últimos dos años de la última dictadura cívico-militar (1976-1983), la inflación llegó al 401,7% en el Gobierno de Reynaldo Bignone (1982-1983).
La variación de precios promedio más alta de la historia argentina se produjo hacia fines de la década de 1980, producto de una devaluación histórica de la moneda (4.771% anual respecto al dólar) que llevó al cambio de signo monetario en dos ocasiones: de peso ley a peso argentino en 1983 y de peso argentino a austral en 1985.
En 1989 se registró el récord de variación interanual del IPC interanual: 3.079%, hacia fines de la Administración democrática de Raúl Alfonsín.
Convertibilidad y posconvertibilidad
Durante la presidencia de Carlos Saúl Menem (1989-1999), el ministro de Economía Domingo Cavallo (1991-1996), enfrentando la inflación heredada, fijó la paridad del austral con el dólar —y posteriormente con el peso argentino—, mediante la Ley de Convertibilidad de 1991. Esto produjo en un comienzo una drástica reducción de la inflación que llegó incluso a escenarios de deflación.
No obstante, la inflación promedio durante la Administración Menem se elevó a un 69,7% anual debido a la variación de precios registrada en su primer mandato, con una tasa de inflación alta, situada en 147,5%, para posteriormente pasar al 0% anual en su segundo mandato.
La inflación se mantuvo controlada durante el Gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001) con una variación de precios negativa anual de -1,1%. Sin embargo, la recesión que provocó la crisis del modelo de convertibilidad y la posterior devaluación de la moneda en 2002 se tradujo en un incremento de 29,3% en la inflación anual hacia 2003, bajo la Administración de Eduardo Duhalde (2002-2003).
Luego de un breve periodo de estabilidad de precios, la tasa de inflación interanual fue de 11,3% durante la Administración de Néstor Kirchner (2003-2007). Se elevó al 20% hacia fines de 2007, y se mantuvo en un promedio de 25,2% durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
Mientras que Mauricio Macri (2015-2019) culminó su mandato con una tasa de inflación de 53,8%, en un escenario de unificación cambiaria, descongelamiento en el precio de tarifas de servicios públicos y endeudamiento internacional por 45.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), resultante en una inflación promedio de 33,7% durante su mandato.
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