En 2022 Colombia incautó y destruyó la mayor cantidad de cocaína en los últimos años: 671.013 kilos, de acuerdo con el Ministerio de Defensa. En 2021, había incautado y destruido 669.340 kilos, en 2020 505.683 kilos y en 2019, 428.418 kilos, por lo que el dato de 2022 representa un aumento de casi un 57% con respecto a antes de la pandemia, consignó el diario local El Tiempo.
Sin embargo, el incremento no tiene por qué ser una buena noticia en el combate al narcotráfico. En diálogo con Sputnik, el investigador de DeJusticia Luis Felipe Cruz explicó que la incautación crece exponencialmente a medida que aumenta la producción de cocaína, que ya pasa las 1.300 toneladas métricas.
Si bien durante el Gobierno de Iván Duque (2018-2022) se le dio mucha prioridad a las incautaciones y erradicaciones de cultivos, el especialista aseguró que Colombia continúa teniendo "una economía de la cocaína bastante amplia" y está "exportando más que nunca".
Aunque no hay cifras oficiales, Cruz calcula que las incautaciones pueden llegar a ser entre el 5 y 15% de la cocaína que se produce. El investigador considera, por eso, que hay un error en las cifras, porque, o se incauta mucho, o se subestima la producción.
El problema en datos
Según el informe de El Tiempo, tomando todo tipo de drogas ilícitas, en 2021 cayeron 11.100.767 galones de insumos líquidos y 56.437.839 kilos de insumos sólidos, pero en 2022 la cifra aumentó a 12.084.676 galones de insumos líquidos y 56.584.908 kilos de insumos sólidos.
Se incrementó el decomiso de aviones para el transporte de estupefacientes, el cual pasó de 26 en 2021 a 44 el año pasado.
En diciembre, cerca del municipio de Tumaco (departamento de Nariño), la Armada Nacional incautó 4,5 toneladas de cocaína en dos semisumergibles, lo que representa, de acuerdo con la institución, el mayor cargamento confiscado en el año por ellos.
No se cumplieron las metas de erradicación forzada de cultivos: en 2021 el objetivo eran 130.000 plantas pero solo se erradicaron 103.000 y en 2022 la meta era de 100.000 pero solo se arrancaron 70.000.
La superficie sembrada de coca llegó a su máximo histórico en 2021, con más de 204.000 hectáreas, según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El fracaso de la política antidrogas
Estas cifras evidencian el fracaso de la lucha contra las drogas iniciada con el Plan Colombia en 1999 con el apoyo de EEUU, ante la oferta de un mercado que se estima en más de 20 millones de consumidores en el mundo.
Cruz recordó además que el acuerdo de paz firmado en 2016 entre el Gobierno de Colombia y las FARC estableció los principios de voluntariedad y secuencialidad del proceso de erradicación de cultivos. El analista explicó que, de acuerdo a ese protocolo, "lo primero que se debe implementar es la sustitución de cultivos, lo segundo, cuando haya fracasado, la erradicación manual y la última medida es la erradicación aérea con glifosato"
Para Cruz, "esto es un fracaso de toda la lucha contra la droga desde la implementación del Plan Colombia que se inició en 1999 y duró hasta 2016, cuyo objetivo era, entre otros, reducir a la mitad los cultivos de coca".
"Colombia gastó más de 130.000 millones de dólares en esto, mientras que EEUU puso apenas unos 15.000 millones. En términos de plata ha sido un desperdicio y en términos de reducción de las hectáreas, al momento en que se terminó el Plan Colombia había unas 60.000 hectáreas sembradas", explicó.
Los mínimos históricos fueron en 2011y 2012, con 42.000 hectáreas, pero desde 2015 esta cifra ha venido subiendo y hoy en día el área se ha multiplicado por cinco, informó el analista.
Para Cruz, esto es resultado de una política de drogas equivocada, porque "la cocaína no va a dejar de existir, pero además las estrategias que se han implementado han profundizado la dependencia económica de muchas regiones en Colombia".
La política de drogas "quiere solucionar problemas de Estado con herramientas de política criminal y de fuerza, lo cual ha fracasado", reafirmó.
25 de octubre 2022, 01:17 GMT
“Que el municipio de Tumaco [con 3.760 kilómetros cuadrados] tenga más coca que Bolivia [más de un millón de kilómetros cuadrados] indica que hay un fracaso estructural. Allí se concentran todos los problemas de la ruralidad colombiana: coca, minería ilegal, tensiones étnicas entre afrodescendientes e indígenas por territorios, monocultivos, intereses mineros, petroleros, la frontera con Ecuador, una ruta de exportación de cocaína hacia diferentes partes del mundo", subrayó.
Para el analista, este fracaso es por el enfoque de concentrarse en reducir hectáreas y no atacar los problemas de fondo, como el acceso a la tierra, la salud y el trabajo.
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