El presidente ucraniano sostuvo este 21 de diciembre
una reunión en la Casa Blanca con Joe Biden y luego dio un discurso en el
Congreso de Estados Unidos para agradecer por la ayuda que ha proporcionado el país norteamericano a Kiev por el
conflicto en Ucrania, que ya lleva casi 10 meses activo sin que se asome una posible negociación.
A pesar de que Washington ha enviado a Ucrania más de 20.000 millones de dólares en asistencia de seguridad, Zelenski le dijo a los legisladores demócratas y republicanos que
el respaldo militar no ha sido suficiente, en momentos en que el Congreso discute un nuevo paquete de ayuda económica de más de 45.000 millones de dólares para Kiev en 2023.
Sin embargo, la petición de Zelenski para obtener más dinero de Estados Unidos tiene un trasfondo geopolítico mucho más complejo. La experta consultada asegura que es una especie de trueque: dinero a cambio de autonomía. Porque todo el dinero que ha autorizado Biden, dice, no es gratuito.
"Ucrania está endeudada por miles de millones de dólares, y esto significa que su población va a tener que vivir una política neocolonial, porque todas esas armas, todos esos préstamos, no son gratuitos, tarde o temprano se los van a cobrar y se los van a cobrar con enormes intereses", opina Gutiérrez del Cid, autora de libros como El regreso de la geopolítica. Rusia y la reconfiguración del poder mundial (2016) y La Nueva Europa (2021).
El punto álgido de la visita de Zelenski a suelo estadounidense sucedió cuando, ante los congresistas, aseguró que todos los recursos enviados a su país no se tratan de un acto de caridad, sino una inversión.
"Estamos en condiciones de cambiar el curso de la guerra. Su dinero no es caridad, es una inversión en la seguridad global que nosotros manejamos de la manera más responsable", declaró el mandatario ucraniano.
De acuerdo con estimaciones del Instituto Kiel para la Economía Mundial, Ucrania ha recibido más de 100.000 millones de dólares en ayuda humanitaria y apoyo militar de más de 40 países, con miras a que dicho presupuesto aumente en los próximos meses. El Gobierno de Rusia ha advertido en muchas ocasiones que el envío de asistencia militar y financiera a Kiev solo agrava el conflicto y aleja a ambas partes de una negociación para la paz.
Además del paquete de 45.000 millones de dólares que se discute en Estados Unidos, el Consejo de la Unión Europea recientemente aprobó un nuevo plan de ayuda humanitaria por más de 18.000 millones de euros, que se distribuirán a lo largo de 2023.
Para la analista geopolítica, la visita también representa "una provocación" para el Kremlin y una demostración de que en Ucrania se vive
una guerra proxy de Estados Unidos y sus aliados europeos en contra de Rusia.
Además, señala la experta, el gran recibimiento de Washington a Zelenski también implica que el país norteamericano ya entró al conflicto de una manera más directa, aunque siempre fuera de sus fronteras, como ha sucedido en otras guerras.
Durante la visita de Zelenski, Biden reiteró la postura de que su país seguirá brindando ayuda militar a Ucrania tanto como sea necesario. Sin embargo, aclaró que
los misiles de largo alcance no han sido contemplados en los envíos de armamento porque ninguno de sus aliados europeos desea una guerra directa con Rusia.
Además, el mandatario estadounidense declaró que no buscan "iniciar la Tercera Guerra Mundial" e indicó que los sistemas Patriot solo se usarán de manera defensiva en el campo de batalla.
"Biden dice que juntos vencerán y que no va a abandonar a Ucrania. Es una provocación que está creciendo aún más", advierte la internacionalista.
Entre los factores que agravan el conflicto está que Zelenski "quiere recuperar todos los territorios y la anterior configuración de Ucrania", lo que hace "realmente dramático que lo diga en el Congreso de Estados Unidos".
También advierte que
Rusia, junto con potencias como
China e Irán, representan "un modelo alternativo, un mundo diferente" al que propone Occidente. Este bloque contra la hegemonía norteamericana, dice, impulsa una
desdolarización de sus economías para apostar a un mercado de divisas más diverso que permita a cada país comerciar con sus monedas.
En ese sentido, una de las naciones que más destaca es China, principalmente por sus avances tecnológicos y por ser una de las economías con uno de los mayores crecimientos del planeta en los últimos 30 años. Además, el país asiático se ha mantenido al margen del conflicto ucraniano y no se ha sumado a las sanciones contra Moscú.