No desistió de su gran promesa: bajar los impuestos. Ese fue uno de los principales ejes de su primer discurso como la nueva líder del Reino Unido, un país al que prometió fortalecer de una forma muy similar a como lo hizo Margaret Thatcher hace más de 40 años. Las opiniones sobre el thatcherismo siempre se dividen entre quienes la consideran la gran estrategia transformadora o el lastre de la desigualdad social.
Sin embargo, tampoco dejó de lado su especialidad de los últimos 12 meses: la diplomacia y la política exterior. Elogió a su antecesor Boris Johnson por haber apoyado a Ucrania y dijo que ella se mantendrá en la misma línea dura en contra de Moscú. Sin embargo, la mayor parte del tiempo la dedicó a los problemas internos del Reino Unido, agravados en buena medida por las tensiones en Europa del Este, según han reconocido las autoridades británicas.
"Tenemos lo que se necesita para enfrentar esos retos. Por supuesto que no será fácil, pero podemos lograrlo. Transformaremos al Reino Unido en una nación de aspiraciones, con trabajos bien pagados, calles seguras y donde todos tengan la oportunidad que se merecen", dijo Liz Truss en Londres horas después de su ceremonia de asunción realizada en el Castillo de Balmoral, en Escocia, ante la reina Isabel II.
La nueva mandataria británica reconoció en el número 10 de Downing Street que el pueblo británico se enfrenta a problemas como la inflación y la crisis energética. Sin embargo, aseguró que estos se deben a factores externos como el conflicto en Ucrania.
"Tendré tres prioridades. Primero, pondré Gran Bretaña a trabajar de nuevo. Tengo un plan audaz para hacer crecer la economía a través de recortes de impuestos y reformas, reduciré los impuestos para premiar el trabajo duro y liderar el crecimiento y la inversión", explicó Truss, de 47 años.
"Por muy fuerte que sea esta tormenta [en referencia a la crisis energética, principalmente], sé que el pueblo británico es más fuerte. Juntos podemos superar la tormenta", agregó.
Confrontación abierta contra Rusia
Tras su discurso en Londres, la tercera mujer en ocupar le máximo cargo del Reino Unido informó que tuvo una charla telefónica con su homólogo estadounidense, Joe Biden, para hablar sobre la urgencia de seguir fortaleciendo a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de mantener las hostilidades con el Gobierno de Vladímir Putin.
"Esta tarde hablé con Biden sobre trabajar juntos como líderes de democracias libres para enfrentar desafíos compartidos, particularmente los problemas económicos causados por la guerra de Putin. Construiremos bases sobre los vínculos entre el Reino Unido y Estados Unidos, fomentando nuestra alianza de defensa a través de la OTAN y AUKUS", compartió la neoconservadora.
"Enfrentamos severos vientos en contra causados por la terrible guerra de Rusia en Ucrania y las consecuencias del COVID-19. Ahora es el tiempo de enfrentar los retos que están reteniendo a Gran Bretaña", señaló Truss durante su discurso.
Sobre Boris Johnson, quien renunció tras una serie de escándalos mediáticos y políticos, dijo que fue un primer ministro "grande" y "consecuente". Además, lo halagó porque "se enfrentó a la agresión rusa".
Minutos después de su discurso, Downing Street confirmó que una de las primeras acciones de la mandataria fue conversar telefónicamente con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acerca del apoyo británico militar y financiero a las fuerzas armadas de Kiev.
"La primera ministra aceptó con mucho gusto la invitación para visitar próximamente Ucrania. Además, dijo que es sumamente importante que Ucrania logre éxito y que Rusia sufra una derrota", señalaron las autoridades británicas.
Como titular del Ministerio de Asuntos Exteriores, cargo que ocupó durante un año, Liz Truss se ocupó de delinear una política en contra de Rusia, en represalia por la operación militar rusa iniciada en suelo ucraniano desde el 24 de febrero.
En junio pasado, la hoy primera ministra aseguró que era "de vital importancia" reforzar el "flanco este" de las tropas de la OTAN para hacer frente a Rusia. "La respuesta de la OTAN [ante las acciones militares rusas en Ucrania] debe ser incrementar su presencia y hacerla más permanente", declaró en una entrevista con el diario español El País.
Expertos en seguridad internacional consultados por Sputnik aseguran que la línea antirrusa del Reino Unido se mantendrá e incluso podría intensificarse, a medida que las sanciones económicas contra el Kremlin no rindan los resultados esperados por Occidente.
"Reino Unido es un país muy cercano a Estados Unidos: es su principal aliado estratégico en Europa. La Francia de Charles de Gaulle incluso decía que Gran Bretaña era el caballo de troya de Washington. Por eso el Reino Unido siempre ha mantenido la misma adversidad hacia Rusia que Estados Unidos. Truss sigue esta línea británica histórica de posicionar a Rusia como el gran enemigo de los valores occidentales", explica Adán Rodríguez, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con especialidad en temas de seguridad internacional.
En julio pasado, el Gobierno encabezado por Boris Johnson anunció que, en los próximos cuatro meses, las fuerzas armadas británicas entrenarían a unos 10.000 soldados de Ucrania. La ayuda también incluye 6.900 armas antitanque, unos 120 vehículos blindados y sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple.
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