La eliminación del régimen simplificado de visados a los rusos no es el camino para poner fin al
conflicto en Ucrania y sólo será otro
"disparo en el pie" para los países de la eurozona, aseguró el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Alexánder Grushkó.
Esta nueva represalia contra Moscú anunciada por la Unión Europea (UE) significa que el número de visados Schengen emitidos a los ciudadanos del país euroasiático disminuirá considerablemente, puesto que su obtención se volverá más difícil y tardará más tiempo. En pocas palabras, el bloque europeo será más selectivo a la hora de emitir visas a los rusos.
También dijo que la acción tomada por los líderes occidentales no quedará impune y advirtió que el Gobierno de Vladímir Putin responderá a esta agresión burocrática.
"La violación, elusión o retirada del acuerdo de facilitación de visados con Rusia por parte de la Unión Europea no quedará sin consecuencias. Decidiremos nosotros mismos si las medidas [de respuesta] serán simétricas, asimétricas o algo más que la Unión Europea no espera. Si Bruselas decide dispararse en el pie una vez más, es su elección", afirmó el funcionario del Kremlin.
Alexánder Grushkó recordó que las restricciones a la movilidad de los rusos son una ofensiva más sin sustento en contra de Moscú por la operación militar especial que comenzó el Gobierno ruso en Ucrania desde el 24 de febrero pasado.
En 2007, Moscú y el bloque europeo acordaron el régimen simplificado de emisión de visados para los ciudadanos rusos, con el objetivo de incentivar la movilidad, el crecimiento y la cooperación regional. Sin embargo, con esta nueva decisión de la UE, los rusos encontrarás trabas para obtener sus papeles. El precio para tramitar sus visados de corto plazo aumentará de los 35 a los 80 euros. Además, los plazos de espera para recibir el documento podrán prolongarse y los requisitos burocráticos serán mayores.
Según el jefe de la diplomacia de la UE, Joseph Borrell, no se trata de de una prohibición total y "la concesión de visados continuará en cada caso concreto y, en particular, a determinados grupos de personas".
"No queremos aislarnos de aquellos rusos que se oponen a la guerra en Ucrania, de la sociedad civil rusa", aclaró Borrell. Ese enfoque común, agregó, permitirá
impedir que los ciudadanos rusos eviten las restricciones.
El diplomático también indicó que los Estados europeos ratificaron su derecho a tomar decisiones respecto al ingreso de nacionales rusos de forma unilateral. "Hemos confirmado que los países vecinos de Rusia pueden
tomar medidas a nivel nacional para restringir la entrada a la UE a través de sus fronteras de acuerdo con el código [de fronteras] Schengen de la Unión Europea".
Por ejemplo, los países del mar Báltico y Polonia, como Estados limítrofes de Rusia, evalúan prohibir la entrada en su territorio de los rusos que tengan visados de otros países de la Unión Europea, comunicó el ministro de Asuntos Exteriores estonio, Urmas Reinsalu.