La decisión de las Grandes Ligas de suspender por 80 partidos a Tatis Jr. cayó como un jarro de agua fría para los Padres, que habían adquirido un par de semanas atrás al también dominicano Juan Soto, con la intención de tener opciones de pelear en otoño por un título de Serie Mundial. Todo eso, cuando el ahora sancionado se recuperara de una lesión y pudiera aportar en el campo. La noticia, sin embargo, echa todo por tierra cualquier sueño.
Cuando la MLB (Major League Baseball por sus siglas en inglés) anunció el castigo para el dominicano, volvieron a la memoria los casos de otros jugadores sancionados, justo cuando estaban en el mejor momento de sus respectivas carreras o iban en busca de hitos históricos, entre ellos el fenomenal Alex Rodríguez, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, al cual el uso de esteroides lo tiene casi vetado de entrar en el futuro al Salón de la Fama de Cooperstown.
A-rod se pronuncia
Rodríguez, más conocido por A-ROD, comentó hace unas horas que le entristece la situación de Tatis, hijo de otro jugador de Grandes Ligas con su mismo nombre, y admitió que le gustaría que "los jóvenes aprendieran de mis errores", porque "yo lo sabía y cometí el error a pesar de ello", en referencia a una suspensión por una temporada completa por sus vínculos con la clínica Biogénesis, con un pasado oscuro en cuanto a los esteroides.
El otrora MVP de la Liga Americana y campeón de la Serie Mundial con los Yankees de Nueva York, admitió que "casi me hace llorar ver a un niño como Tatis que tiene 23 años y que por el resto de su carrera va a tener que jugar y probablemente no logre llegar al Salón de la Fama", en referencia a la situación que atraviesa él en la actualidad, casi apartado para siempre del recinto de los inmortales de Cooperstown.
Rodríguez, nacido en Nueva York y de ascendencia dominicana hizo números para que su nombre y su placa estuvieran ya en Cooperstown, incluso desde la primera elección, pero su vínculo con los esteroides lo pueden dejar fuera para siempre, lo mismo que otros muchos como Barry Bonds, Roger Clemens, Mark McGwire o Sammy Sosa. Todo eso si en algún momento no se produce una flexibilización y la MLB, o los encargados de votar, no le ofrecen un perdón.
Al parecer, sin embargo, no habrá flexibilidad ni perdón, porque por años, medios y personas vinculadas al béisbol reclamaron un indulto para Pete Rose, el hombre que más hits bateó en la historia de las Grandes Ligas, que fue apartado del sistema del béisbol por apuestas ilegales -a favor de su propio equipo- y nadie nunca le otorgó la gracia. Y es posible que se vaya de este mundo sin saber si al final lo exoneran o no.
Las raíces del caso tatis
Como decíamos, Fernando Tatis no fue el primero ni será el último jugador sancionado por el uso de sustancias prohibidas en el béisbol. Él tomó Clostebol, una sustancia que se usa habitualmente para tratar la tiña, una especie de daño en la piel, que está incluida entre las que las Grandes Ligas tiene prohibido en su ya amplio listado de productos restringidos a los jugadores.
Pero no siempre fue así. Por años, los jugadores de las Grandes Ligas tuvieron la puerta abierta a los esteroides, y hasta el propio sistema del béisbol se benefició de todo aquello, porque en tiempos en los cuales el espectáculo iba cuesta abajo, aparecieron los dopados para salvarlo. Vale recordar que a finales de la década de los años 90 del siglo pasado, se hicieron célebres las porfías por el liderazgo de los jonrones entre McGwire y Sammy Sosa, o aquellas temporadas implacables de Barry Bonds.
Todo eso ayudó al béisbol a recuperar su esplendor, pero un día el entonces jardinero José Canseco publicó un libro en el cual reveló los nombres de muchos de los que se doparon o dopaban para mejorar su rendimiento. La lista era extensa y ante el clamor popular, de algunos medios y de personas muy influyentes y puritanas, comenzó una cruzada contra los esteroides.
El Congreso de Estados Unidos realizó una investigación que provocó que muchos cayeran en desgracia, en el olvido y hasta que fueran considerados poco menos que criminales. Todos los mencionados estuvieron entre ellos, pero nadie menos que Alex Rodríguez, para muchos el jugador con más talento que saltó a un estadio de béisbol en los últimos 50 años, pero que no escuchó los llamados contra el dopaje y pagó, o paga aún.
Lo de Tatis, es otro llamado de alerta a las grandes estrellas. Por condiciones, por salario y proyección de juego, es uno de los considerados grandes, de los que pueden marcar un hito en su carrera, pero ya tiene una marca. A él corresponde ahora hacerla olvidar. Le costará, pero no será imposible, porque apenas tiene 23 años y un mundo por delante.
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