El internacionalista recordó que el geoestratega Nicholas Spykman, de origen estadounidense y holandés, considera al mar Caribe el Mediterráneo de Estados Unidos, en referencia al mar histórico en que confluyeron culturas como la persa, la romana, la levantina, la egipcia, la argelina y actuales potencias internacionales, como Francia.
"El poder geopolítico de EEUU históricamente tiene su origen no en Europa o Asia, sino en el gran Caribe, que es el mundo de Yorktown a las Guyanas; es decir, de los estados del Atlántico medio a las selvas del norte de Sudamérica", estimó Jalife-Rahme en un artículo de opinión publicado en La Jornada.
La situación, apuntó, recuerda al mar Negro, que coincide con Turquía, Ucrania, Rusia, Rumania, Georgia y Bulgaria y que constituye un punto clave en la operación militar especial que sostiene el Gobierno de Vladímir Putin contra la administración ucraniana de Volodímir Zelenski.
En el caso caribeño, Jalife-Rahme recordó que en el marco de la Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, California, el Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua autorizó la entrada de barcos, aviones y tropas rusas, en una decisión regional que Estados Unidos consideró amenazante para su seguridad.
9 de junio 2022, 21:08 GMT
Además, el analista geoestratégico Stephen Blank, citado por Jalife, comentó que el acuerdo ruso-nicaragüense podría sentar las bases para una presencia militar duradera de Moscú en Centroamérica, además de que configuraría un triángulo caribeño de aliados de Rusia si se suma a la ecuación a Venezuela y Cuba.
Blank especula incluso que Rusia podría emplear a Nicaragua como un centro de espías regionales.
Mientras Nicaragua se acerca a Rusia y el Gobierno de Nicolás Maduro a Irán, recordó Jalife-Rahme, hasta ahora Cuba ha sido prudente en su enunciación de posicionamientos estratégicos en el Caribe.