La muerte significaba más pan
"Durante el invierno, en la calle había cuerpos tapados nada más por una sábana, de gente que moría en la noche. [En vez de reportar sus muertes], los familiares los sacaban a la calle para que el servicio de salubridad se los llevara en la mañana. Y eso lo hacían, aunque suene muy feo, porque mientras [los familiares] no declararan la muerte de esa persona, la familia seguía gozando del cupón de comida [de la persona fallecida]. La familia todavía tenía unos cinco, seis o siete días más de comida mientras no se identificaba quién era el fallecido y se cancelaba su ración de alimento", recuerda Bronislaw Zajbert.
"Cuando fui libre, me desmayé"
"Hubo felicitaciones, abrazos, pero la reacción mía fue diferente: me desmayé, me desconecté. Fue tanta la acumulación de problemas, de miedo, que de repente salió todo, como si se quitara un tapón", cuenta Broni con voz quebrada, quizá por la edad o por el recuerdo.
La condena del pasado
"Está resurgiendo en diferentes partes del mundo el movimiento nacionalista. Yo no lo voy a llamar nazismo, pero socialdemócrata. Está resurgiendo. No entiendo por qué. La enseñanza del pasado no ha sido suficiente. Pero ojalá se den cuenta de lo que está sucediendo y que no pase a mayores. Pero yo lo veo muy avanzado ya", asegura Bronislaw.