Tras días de tensiones en la frontera sur de Estados Unidos, en los que hubo quema de camiones del lado mexicano, Texas llegó a un acuerdo con los gobernadores Maru Campos y Miguel Riquelme para aflojar las inspecciones fronterizas al transporte mexicano.
Se llegó a este acuerdo tras la firma de un memorándum entre Greg Abbott y los mandatarios locales. Con ello, se relajan las medidas de seguridad a los camiones y autobuses que quieran entrar a suelo estadounidense.
Sin embargo, los controles no fueron totalmente eliminados como muchos comerciantes y transportistas inconformes pidieron.
La decisión de Texas de endurecer sus inspecciones fronterizas se dio luego de que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) puso fin en todo el país a las expulsiones de migrantes bajo el Título 42, una política fronteriza que utilizó Estados Unidos para echar personas de su territorio justificando que se debía a controles sanitarios por la pandemia. Texas siempre fue un estado partidario de que esta medida continuara aunque bajaran los casos de COVID-19.
El 14 de abril, Nuevo León, otro estado mexicano fronterizo, llegó a un acuerdo similar con las autoridades estadounidenses.