Como parte de la campaña de tergiversación promovida por compañías hegemónicas de la comunicación y la guerra cibernética, la interrupción de las transmisiones de los medios estatales Russia Today (RT) y Sputnik viene como anillo al dedo y puede calificarse, a juicio del embajador de Moscú en Nicaragua, Alexander Khokhólikov, "como la lucha contra la verdad".
"La operación tiene como propósito la paz y la seguridad internacional porque se trata de disminuir el peligro del conflicto y el uso de armas atómicas. Nosotros no prohibimos a ningún medio de prensa transmitir noticias a los países occidentales. ¿Y qué reacción tenemos? Según su postura no quieren que la información veraz y correcta llegue a los ciudadanos", indicó a Sputnik.
El diplomático puntualizó como fecha de comienzo de ese enfrentamiento al año 2014, tras el golpe de Estado perpetrado en Ucrania, durante los acontecimientos del Maidán, contra el entonces presidente legítimamente electo Víctor Yanukóvich y el establecimiento en el poder de una junta nacionalista y neofascista.
"Ellos no reconocieron el derecho y la autodeterminación de los pueblos. Los territorios históricamente rusos como Crimea y la región del Donbás no querían someterse al dominio del régimen fascista. Durante ocho años el ejército de Kiev bombardeó a las repúblicas de Donetsk y Lugansk donde viven varios millones de rusos", señaló.
Khokhólikov aseguró que los habitantes de esos territorios no tenían una vida digna, aspecto condenado en numerosas ocasiones desde Moscú y obviado por la comunidad internacional, de ahí la adopción de medidas "drásticas", como respuesta también a la amenaza a la seguridad de Rusia, situación muy similar a los sucesos previos a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Embajador de Moscú en Nicaragua, Alexander Khokhólikov
© Sputnik / Danay Galletti
Durante una reunión con parlamentarios nicaragüenses, el representante del Kremlin recordó cómo durante ese acontecimiento bélico siempre existió la voluntad de los países occidentales de empujar a las tropas alemanas comandadas por Adolf Hitler hacia la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
"La Ucrania nazi es el instrumento actual de las naciones europeas, por eso, en aras de no cometer los mismos errores históricos, el presidente Vladimir Putin decidió el impulso de la operación militar especial. No podemos permitir la creación de un estado antirruso, así podemos ahora llamar al territorio ucraniano que se convierte en la base militar de la OTAN", expresó.
Discurso de odio antirruso
El periodista nicaragüense y director de la emisora de radio La Primerísima, William Grigsby, mencionó a Sputnik cómo hoy resulta evidente la naturaleza antidemocrática del capitalismo y de su fase superior, el imperialismo, y, a su juicio, si bien Estados Unidos y los países occidentales asumen como propio el concepto de la democracia, lo que hacen es desnaturalizarlo.
"Parte de la democracia es la discusión y exposición libre de ideas. En la guerra que desatan contra Rusia también demuestran su intolerancia a las opiniones ajenas. Al sentir que pierden la batalla de la opinión pública entonces deciden censurar. Hay una rusofobia en Europa que no es de ahora, viene de la época del zar Pedro el Grande y resucita cada cierto tiempo", advirtió.
Asistimos a un fenómeno, confesó Grigsby, que deja a los ciudadanos europeos prisioneros de un discurso de odio que falsea lo cierto y eso es sumamente peligroso. Los medios hegemónicos propagan un sentimiento antirruso, pese a que esa civilización es una de las portadoras del mayor progreso de la humanidad en términos de desarrollo científico y cultural.
"Existe una campaña feroz y difícilmente hemos visto antes una cruzada de animadversión propagada desde el poder mismo. Eso es contraproducente porque se les puede revertir a corto plazo contra ellos, sobre todo, porque la gente en esta época de internet descubre por sí misma la realidad", acotó.
Desde el 24 de febrero último, fecha de inicio del conflicto, varios políticos europeos han notado como esta es una guerra por el gas, pues Rusia es el primer suministrador al denominado viejo continente, y con ese objetivo financiaron e impulsaron el nazismo en Ucrania, es decir, "ya comenzaron algunas voces a despertar y esperemos que ocurra una ola masiva en los próximos meses".
Por su parte, la red social Twitter impulsó una política de etiquetado de cuentas a profesionales que, según la empresa fundada por Jack Dorsey, supuestamente responden al aparato de información del Gobierno de Putin, entre ellos, el periodista argentino Marco Teruggi, el reportero uruguayo Sergio Pintado y la comunicadora española Esther Yañez.
"Recordemos que tanto Twitter como Facebook son empresas privadas. No son medios de comunicación abiertos, son compañías con negocios y sus dueños son parte del poder mundial. Por eso reaccionan como imperialismo. No lo hacen con el principio de la libertad de opinión. Creo que esto también los desnuda y los coloca al servicio de la causa antirrusa", reveló Grigsby.
Censura a medios estatales
Bloquear a RT y a Sputnik, enunció el comunicador, legitima la visión del conflicto desde Ucrania, implanta términos como "invasión", plantea una supuesta voracidad respecto a presuntos designios de la nación euroasiática en expandir su territorio y oculta la existencia de un gobierno nazi instalado en Kiev, cuyo propósito es exterminar a los rusos.
También esconde el plan de colocar armas nucleares para cercar y, eventualmente, atacar a Rusia: "Esa intención sí aparece en los canales estatales rusos; es su visión y perspectiva y tienen derecho a expresarla; pero además los hechos comprueban que esa es la realidad y, lo contrario, es una falsificación", argumentó.
De acuerdo con Grigsby, la disposición de la UE anunciada el domingo 27 de febrero trata de evitar que los juicios emitidos desde RT o Sputnik permeen la opinión pública, aunque en la actualidad eso resulta imposible por el acceso a diversidad de fuentes de información; sumado a ello, "los pueblos europeos son cultos, no van a poder manipularlos eternamente; encontrarán otras posturas y finalmente llegarán a la verdad".
Para el periodista y diputado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la Asamblea Nacional de Nicaragua, Adolfo Pastrán, el propósito de acallar a las cadenas rusas es condenable y tiene como telón de fondo la permanencia de argumentos irreales sobre Moscú para restarle el peso y liderazgo que ya tiene en el mundo.
"Contradice los parámetros establecidos desde Estados Unidos y la Unión Europea sobre libertad. Silenciar las voces que no les resultan de su agrado es adaptar el término democracia a su conveniencia. Tenemos derecho a la pluralidad de informaciones y nos oponemos a la construcción sesgada, fabricada y creada a partir de los intereses de las grandes potencias", aseveró a Sputnik.
En este caso, aseguró, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA), foros internacionales en constante cuestionamiento a países como Venezuela, China, Bolivia, Cuba y Nicaragua, ni siquiera emitieron un pronunciamiento de denuncia a las violaciones contra esos medios de comunicación y los periodistas que trabajan en ellos.
La Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN), por su parte, manifestó que Washington y las potencias occidentales hacen de la falacia una de las principales armas de la guerra actual, "mentiras que destruyen la mentalidad de las personas tal como si de una ojiva nuclear que afecta los cerebros se tratara".
Durante una sesión especial en conmemoración por el Día Nacional del Periodista en el parlamento del país centroamericano, la agrupación refirió como "nos quieren obligar a percibir el mundo del color que ellos quieren, a pensar las cosas como desean que las pensemos" y repudió la imposición de la censura a plataformas alternativas, provistos de una mirada diferente a la mediática imperial.