Una de las principales preocupaciones internacionales ya ha llegado a España. El abastecimiento de gas en Europa se ha puesto en entredicho por las incursiones militares en Ucrania y los movimientos políticos entre miembros de la UE y la OTAN. Algunos países, como Austria, Alemania o Reino Unido, están entre los más vulnerables y un corte abrupto podría activar mecanismos de solidaridad entre componentes de la Unión.
El llamado Penta Energy Fórum —formado por Austria, Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, Holanda y Suiza— decidió a principios de febrero impulsar un grupo de trabajo para coordinar de forma regional la gestión de sus niveles de suministro de gas de manera conjunta. Entonces, las reservas rondaban las nueve semanas. En estos momentos, sin embargo, van por la mitad, a pesar de que Estados Unidos, China o Japón han enviado buques metaneros para suministrar al continente.
Según las previsiones de S&P citadas por El Economista, Europa tendría 13,45 Bcm almacenados el 31 de marzo (el sistema de gestión de almacenamiento energético o battery management system en sus siglas originales), si se repitieran los datos del consumo del invierno pasado. El aumento de este y la caída de exportaciones rusas, no obstante, lo sitúan en 4,43 Bcm.
Además, el gasoducto de Yamal (que termina en Alemania) ha experimentado una oscilación media de 95,94 millones de metros cúbicos al día. Asimismo, las exportaciones a través de Ucrania a Eslovaquia en Velke Kapusany han sido 38,65 millones de metros cúbicos al día, una cantidad por debajo de la media anual y de las previsiones realizadas sobre la entrada en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2, que se han quedado en vilo por la crisis en Ucrania.
Con este panorama y la incertidumbre de los próximos días, los análisis previos se tambalean. En enero, la Comisión Europea y los estados miembros estudiaron la capacidad de resistencia ante un posible problema de suministro y determinaron que los niveles de existencias eran suficientes. Ahora, sin embargo, se resaltan las tensiones entre los organismos supervisores y los gestores técnicos.
Rusia, por su parte, ha mantenido este invierno el suministro de gas. Los precios, en cualquier caso, han subido y las reservas han alcanzado valores mínimos en años. También ha suscitado recelos en la Comisión Europea, que en febrero mostró su malestar e inició una intensa labor diplomática para obtener otros focos de suministro.
Tanto su presidenta, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, negociaron con Catar, Azerbaiyán o Noruega. Y Washington incrementó su exportación y aceleró la puesta en marcha de algunos de sus trenes de licuefacción, con el objetivo de incrementar sus capacidades de suministro.
La Comisión Europea tiene previsto presentar un plan de emergencia para el abastecimiento de gas para el próximo invierno en el Consejo Europeo de marzo. Su intención, incrementar la llegada de gas a través de GNL (gas natural licuado). Y esa apuesta pone a Enagás, empresa española de gas, en una posición clave.
Enagás podría empezar ya a surtir a otros estados de la UE ya que sus gaseoductos provienen de Argelia y el norte de África. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, hizo hincapié en la favorable situación del país.
"La garantía de seguridad de suministro está garantizada", indicó, "aunque puede verse afectada por los precios de la energía".
Ribera insistió en que, pese a que el suministro está garantizado, la fluctuación de precios afecta. "Nosotros no somos ajenos a los mecanismos de configuración de precios en los mercados internacionales de las materias primas energéticas y esto incide en nuestros precios energéticos y, como consecuencia de ello, en el conjunto de la economía", explicó la ministra.
La responsable del Gobierno declaró que se abordará el asunto en la Unión Europea y que puede que se adopten "medidas adicionales para la protección de los consumidores energéticos", pero señaló que Rusia no es de los "principales suministradores ni por tubo, ni por barco" de España. Según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas, Rusia exporta un 4,3% del petróleo que se utiliza en el país, lo que lo convierte en el octavo suministrador por detrás de países como México, Libia, Guinea Ecuatorial o Estados Unidos.
Enagás ha apuntado que España tiene garantizado el suministro de gas natural para los próximos meses y que para marzo está programada la descarga de 29 buques de GNL en sus plantas de regasificación, a lo que se añadirá la subasta el próximo lunes de cuatro descargas extraordinarias, como medida preventiva. Estas medidas, coordinadas con el Ministerio para la Transición Ecológica, permiten solucionar el suministro de gas natural a España de los próximos meses.
Sortear sanciones y otros canales
China y Rusia, por otra parte, avanzaron también en posibles medidas para sortear futuras sanciones. Ambos países llegaron a un acuerdo para reforzar sus sistemas de comunicaciones financieras ante el riesgo de que Rusia pueda ser excluida del sistema SWIFT, como se llegó a sugerir, y llegaron a un acuerdo para la puesta en marcha del gasoducto Power of Siberia 2.
Gazprom construirá un nuevo gasoducto a través de Moldavia que permitirá exportar 10 bcm adicionales a China durante los próximos 30 años. Este gran acuerdo supone tensar más la cuerda con el suministro de gas a Europa, ya que China va camino de incrementar su consumo para reducir sus actuales niveles de contaminación.
Hay que tener en cuenta que alrededor de la mitad de las exportaciones de crudo y productos petrolíferos de Rusia (en torno a los 6,5 millones de bidones al día, actualmente) se envían a países europeos y representan una cuarta parte de las importaciones de petróleo. Según los datos de S&P, el sistema de oleoductos de Druzhba transporta alrededor de un millón de bidones al día de crudo desde los yacimientos rusos a Europa, principalmente a las refinerías de Alemania, Países Bajos y Polonia.
Ucrania, por su parte, envía petróleo ruso hacia Eslovaquia, Hungría y la República Checa a través del tramo sur del mismo oleoducto. El tránsito de crudo ruso del país para su exportación a la UE fue de 11,9 millones de toneladas en 2021, por debajo de los 12,3 millones de toneladas de 2020, mientras que el transporte de petróleo a Bielorrusia se mantuvo sin cambios en unas 800.000 toneladas, según indica S&P. Y el ramal norte de la ruta Druzhba, a través de Bielorrusia, suministra crudo de los Urales a las refinerías de Polonia y Alemania.