Cinco mariachis recorren las calles y plazas principales de Jerusalén para difundir la música ranchera, uno de los géneros más arraigados de México.
Se trata del Mariachi Yerushalaim, una agrupación conformada por un mexicano, un israelí, una venezolana, un venezolano y un colombiano, todos ellos residentes de Israel.
Según han dicho sus integrantes a diversos medios de comunicación, el objetivo del grupo es llevar alegría y felicidad al Medio Oriente, una zona frecuentemente afectada por conflictos sociales y bélicos.
Entre su repertorio hay canciones típicas de México, como Solamente una vez, La bamba, El Rey y La cucaracha. Sin embargo, también mezclan la música mexicana con aspectos de la cultura judía. De hecho, tienen una versión en mariachi del himno nacional israelí.
"La música no tiene fronteras, rompe barreras y me gusta ver la reacción de la gente. De diferentes nacionalidades, gente religiosa y no religiosa, se alegran con la cultura, el baile o al ver la danza folklórica del mariachi. Es una música que alegra el corazón", dijo Yojanan Peretz, fundador de la agrupación, al diario mexicano Milenio.
En 2011, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró al mariachi como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
"El vasto repertorio de los mariachis abarca canciones de las diferentes regiones de México, jarabes, minués, polkas, valonas, chotis, valses, serenatas, corridos y canciones tradicionales de la vida rural", indica el organismo internacional.
"La música de mariachi moderna ha adoptado otros géneros musicales como la ranchera, el bolero ranchero, e incluso la cumbia colombiana. Las letras de las canciones de los mariachis hablan del amor a la tierra, la ciudad donde se vive, el país natal, la religión, la naturaleza, las mujeres mexicanas y la pujanza del país", agrega la Unesco.