Luis Echeverría es uno de los exmandatarios más polémicos de la historia moderna de México, principalmente por sus responsabilidades humanitarias en momentos críticos del desarrollo del país y porque no se le ha seguido un proceso jurídico y de derechos humanos que otorgue a las víctimas la reparación del daño.
Como responsable de la política interna de México en el sexenio del presidente Gustavo Díaz Ordaz, Echeverría es señalado como cómplice de la matanza de Tlatelolco ordenada por el ejecutivo el 2 de octubre de 1968, cuando fuerzas armadas y equipos de élite abrieron fuego contra jóvenes universitarios concentrados en la Plaza de las Tres Culturas.
Echeverría compareció ante la extinta Procuraduría General de la República (PGR) en 2002 por estos hechos, pero fue exculpado en 2007 por un tribunal federal.
Matanza de San Cosme
Tres años después y tras lograr desarticular el movimiento mediante esa acción violenta, ya como presidente de México, operó también la represión del 10 de junio de 1971 contra una manifestación juvenil, acción conocida como el Halconazo, porque fue perpetrada por un grupo de paramilitares identificados como los Halcones.
El saldo fue de alrededor de 120 estudiantes asesinados por fuerzas federales, de acuerdo con criterios de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Víctimas de la Guerra Sucia
Además, jefe supremo de las fuerzas armadas en tanto que ejecutivo federal, durante su sexenio el ejército perpetró ejecuciones extrajudiciales de decenas de activistas sociales organizados en grupos guerrilleros, como el Partido de los Pobres en Guerrero y la Liga Comunista 23 de septiembre.
Fue el caso de Lucio Cabañas, líder del Partido de los Pobres, que fue acribillado en 1974 durante un enfrentamiento con uniformados federales. Este episodio histórico junto con la lucha social de Cabañas es narrado por el novelista mexicano Carlos Montemayor en la obra Guerra en el Paraíso.
También durante el mandato de Echeverría fue asesinado de manera extrajudicial el guerrillero Diego Lucero, luego de ser detenido el 16 de enero de 1972, tras participar en un triple robo bancario en la ciudad de Chihuahua con el que se pretendía dotar de recursos a la lucha campesina de Cabañas.
5 de noviembre 2021, 20:51 GMT
Lucero fue detenido por elementos de la policía judicial del Estado e interrogado por agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la policía política del régimen del Partido Revolucionario Institucional (PRI), organismo político que llevó a Echeverría a la presidencia.
"Las ejecuciones extrajudiciales de Diego Lucero Martínez y sus compañeros, como las de decenas de hombres y mujeres que se comprometieron a transformar la sociedad y enfrentar un sistema antidemocrático y autoritario que controlaba y oprimía las luchas populares, son algunos de los delitos de lesa humanidad que permanecen impunes", recordó este domingo 16 de enero, a 50 años del hecho, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).
A todo este episodio de torturas, desapariciones y ejecuciones de disidentes sociales, inscrito en el contexto histórico del Plan Cóndor que impuso dictaduras en Sudamérica para entre otras cosas frenar el avance ideológico de la Revolución cubana, triunfante en 1959, se le conoce en México como la Guerra Sucia.
Víctimas de la misma señalan constantemente como responsable último de esas acciones violatorias de derechos humanos a Echeverría, quien no paró ahí sus irregularidades.
Golpe político a Excélsior
En junio de 1976, tras meses de asedio judicial y político, el mandatario logró desbordar la cooperativa del periódico Excélsior, entonces dirigido por el periodista Julio Scherer García, para expulsarlo del despacho junto con diferentes periodistas e intelectuales que lo acompañaban, como Miguel Ángel Granados Chapa, Ricardo Garibay, Abel Quezada, Vicente Leñero y Manuel Becerra Acosta.
De esa ruptura con Excélsior surgirían espacios de crítica periodística alternativos como el semanario Proceso, a cargo de Scherer, y Unomásuno, fundado por Becerra Acosta. El episodio es narrado por el periodista Vicente Leñero en la novela Los periodistas.
Otro de los testigos de los tiempos de Echeverría que trazó uno de sus más completos perfiles a través de la crónica de su gira por el llamado tercer mundo fue el novelista Ricardo Garibay, que publicó el relato de aquel viaje internacional en la imprenta de Excélsior bajo el título de ¡Lo que ve el que vive!
Apedreado en Ciudad Universitaria
Identificado como el responsable de Tlatelolco y la matanza del Halconazo, Echeverría fue apedreado en el auditorio Salvador Allende de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en Ciudad Universitaria, a donde acudió en 1975 para inaugurar cursos.
La comunidad universitaria abucheó al mandatario y lo obligó a salir por la puerta trasera del recinto educativo, además de que lograron golpearlo en la cabeza con una piedra.
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11 de noviembre 2021, 18:04 GMT