Bolivia inicia 2022 con un récord de casos de COVID-19, en el tercer año de pandemia. El Gobierno de Luis Arce decretó que a partir del 1º de enero nadie puede entrar a un edificio público o privado sin su correspondiente carnet de vacunación, o en su defecto un test PCR reciente. Pero diversos sectores antivacunas se oponen a estas restricciones, que consideran una vulneración a sus libertades individuales. Y dieron 24 horas al presidente para anular los decretos 4640 y 4641.
Lo novedoso de esta situación está en la conformación del bloque antivacunas: muchas son organizaciones afines al Movimiento Al Socialismo (MAS), que incluso participaron de la Marcha por la Patria, convocada por el expresidente Evo Morales (2006-2019) en noviembre del año pasado. Pocas semanas después, algunas declararon a Morales "persona non grata", como es el caso de los maestros rurales.
A este grupo antivacunas también lo nutren organizaciones indígenas y campesinas. Además lo integran líderes de los trabajadores, como Jaime Solares, exsecretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB). Su figura luce distópica al lado de pastores evangélicos y supuestos investigadores que promueven el consumo de cloro para enfrentar al COVID-19.
"Tenemos el regalo de Año Nuevo de parte del Gobierno con la aprobación de los decretos supremos 4640 y 4641, que lamentablemente vulneran nuestra Constitución. Como Magisterio pedimos la inmediata abrogación del Decreto 4641 durante el día", dijo en conferencia de prensa el líder del Magisterio Rural de La Paz, Ruddy Callisaya.
Advirtió que si Arce no anula el decreto, "la población se verá obligada a marchar en las calles y convulsionar el país. También pedimos la destitución del ministro de Salud [Jeyson Auza] y sus viceministros".
Estos sectores incluso recurrieron a la justicia para exigir que se restablezcan sus libertades. Pero en el Gobierno de Arce están seguros de que estas demandas no prosperarán.
Récord de contagios y vacunados
La cuarta ola deja a su paso récords de contagios, que se repetirán días tras día hasta mediados de enero, según calculan en las secretarías departamentales de Salud (SEDES).
El tercer día de 2022, Bolivia alcanzó los 7.371 nuevos contagios. La mayoría (5.496) se registraron en el departamento de Santa Cruz. En segundo lugar quedó Cochabamba, con 548 casos.
Un efecto positivo de esta cuarta ola —y de los decretos 4640 y 4641— es que quienes aún no se habían hecho vacunar, ahora se decidieron a ponerse en la fila ante diversos centros de salud.
El pasado 28 de diciembre, 44.879 decidieron vacunarse. El lunes 3 de enero esta cifra llegó a 81.852 personas. Un número récord desde el inicio de la vacunación.
"La cobertura en mayores de 18 años alcanza hasta el momento un 68,6% con primera dosis y 59,6% con esquema completo", dijo el ministro de Salud a la prensa.
En la ciudad de Cochabamba, la magnitud de la cuarta ola se evidencia en las puertas de los laboratorios, donde decenas de personas se reúnen para recibir sus test de coronavirus. Las filas se retiran en centros hospitalarios, donde los contagiados buscan atención, y en los dispensarios de vacunas.
En la Escuela Técnica de Salud cientos de personas esperaban a recibir una dosis para protegerse del COVID-19. "Hasta ahorita no me he podido vacunar. Tenía dificultades para tener permiso del trabajo", dijo a Sputnik un hombre de la fila. ¿Y dónde trabaja? "En un taller mecánico", respondió.
Magdalena Valenzuela también era parte de la fila. Contó a Sputnik que no quería hacerse pinchar, porque desconfiaba de los componentes de las vacunas: "Pero ahora no me dejan entrar al banco para cobrar mi renta, así que ni modo", dijo la señora encogiéndose de hombros, bajo el implacable sol del valle.
Problemas en el paraíso
"No puede haber clases virtuales, eso es perjudicar a la educación. Hay que hacer todos los esfuerzos para que las clases sean presenciales en toda Bolivia, especialmente en el trópico de Cochabamba", dijo el expresidente Morales el 30 de diciembre pasado, en una reunión partidaria en este departamento.
Recordó que en varios municipios rurales fue posible realizar clases presenciales en plena pandemia, debido a la baja densidad poblacional de algunas áreas: "Este año hemos demostrado que es posible. Si algún profesor no quiere trabajar mejor que se vaya, que no perjudique a la educación", aclaró el presidente del MAS.
Le respondió el dirigente magisterial Callisaya: "Le decimos a este caballero [Morales] que se informe, porque nosotros hemos estado pasando clases presenciales en las 20 provincias desde el inicio de clases. Por eso declaramos persona no grata al expresidente Evo Morales".
E indicó que Morales "no puede ejercer con tiranía, porque no nos representa. Ante tales declaraciones, en las próximas horas vamos a tomar drásticas decisiones. Por lo tanto, en el Magisterio Rural nos declaramos en pie de lucha".
Además de los maestros rurales, el reclamo proviene de organizaciones que generalmente se muestran firmes en la defensa de los gobiernos del MAS. Entre ellas están la Federación Departamentales de Trabajadores Campesinos de La Paz; la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa de La Paz; la Federación de Comunidades Interculturales de La Paz; el Consejo Departamental de Markas y Ayllus de La Paz y el Consejo de Federaciones Campesinas de los Yungas.
"Exigimos la destitución inmediata del ministro de Salud, Jeyson Marcos Auza Pinto, por no haber consensuado con las organizaciones sociales de Bolivia el tema de la vacunación, por decisiones arbitrarias", dice un punto del pronunciamiento de las organizaciones aliadas al MAS.
Auza se defendió: "Este ministro ha recibido una tarea, una misión, y con el brazo levantado ha jurado que va a defender la salud del pueblo boliviano", dijo. Y sostuvo que continuará privilegiando "el bien mayor, que es la salud de la colectividad".
El trasfondo de la discordia
Los reclamos desmedidos de algunos sectores del MAS, como la renuncia del ministro de Salud, obedecen a pujas internas que para esta época del año tradicionalmente carcomen al partido. El próximo 22 de Enero se celebrará el Día del Estado Plurinacional, una fecha que durante las presidencias de Morales se destinaron fundamentalmente a renovar algunos nombres del gabinete.
Las organizaciones de base, campesinas, indígenas y obreras, exigen una recompensa por su devoción hacia el Gobierno nacional. En este caso, reclaman más representación de sus organizaciones en los ministerios.
Las tensiones internas, sumadas a las presiones externas, provocaron que se vacune hasta el vicepresidente David Choquehuanca, el 3 de enero, por el ministro Auza. En días previos, el vicepresidente había dicho que no era tan importante que se inocule, porque ya había adquirido "inmunidad natural".
En una entrevista con el canal televisivo F10, el vicepresidente indicó que cuando tuvo el virus recurrió a la "medicina ancestral". Y dio algunos tips que nunca fueron avalados por el Ministerio de Salud.
"Hasta pasto he comido. Cúrcuma, jengibre, cebolla, ajo, miel… Si lo mezcla uno, si lo prepara, una cebolla en las mañanas y miel, y limón… Con eso ya va a poder sanarse", afirmó.
"También el bico [bicarbonato de sodio], coca con bico. Yo he visto, tengo amigos que estaban con síntomas e incluso han tenido coronavirus, pero con coca y bico en las mañanas, todo el día, han podido superar. Han podido administrar positivamente, les ha ayudado eso", aseguró.