La embajada de Alemania en Rabat publicó el 7 de diciembre un comunicado en su página de Facebook en el que mostraba el interés del país teutón en retomar las "buenas y tradicionalmente amplias relaciones diplomáticas" tras siete meses de desencuentro.
El mensaje recalcaba que Marruecos es un "socio importante de Alemania" y fue acogido muy positivamente por las autoridades del Reino alauita, que calificaron a Alemania de "socio inestimable". Sus medios de comunicación incluso anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. El día 13, el Ministerio de Exteriores alemán, también vía Facebook, emitió una nota en la que pese a explicar que las relaciones aún no se han reanudado, expresó no obstante su "satisfacción" por la apertura de las mismas entre Marruecos e Israel.
Y casi al mismo tiempo, Annalena Baerbock, la nueva jefa de la diplomacia alemana, dio el visto bueno a un documento publicado en la página web oficial de su ministerio que consignaba el apoyo al enviado personal del secretario general de Naciones Unidas para la cuestión del Sahara Occidental, Staffan de Mistura, y el reconocimiento a la contribución marroquí a los esfuerzos de paz "con un plan de autonomía" para el territorio.
La interpretación marroquí
Rabat ha inferido de este último punto un espaldarazo a su postura en el litigio del Sahara Occidental de similar calado al expresado por Donald Trump en diciembre de 2020, y cabe suponer que aproveche la coyuntura para presionar a España.
Las relaciones entre Madrid y Rabat siguen sin recomponerse desde mayo, como atestigua el hecho de que la embajadora marroquí en España, Karima Benyaich, continúe en su país llamada a consultas y que el ministro de Exteriores del Reino, Nasser Burita, no asistiera finalmente al foro de la Unión del Mediterráneo, celebrado el 29 de noviembre en Barcelona, so pretexto de que antes debía producirse "un gran gesto" por parte española. Ese "gran gesto" no es otro que el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental.
13 de diciembre 2020, 08:00 GMT
"Alemania está preparada para una asociación que mira al futuro en pie de igualdad", es otra de las afirmaciones vertidas en las comunicaciones del servicio exterior alemán, para el que Marruecos es un "vínculo importante entre el norte y el sur, tanto política, cultural y económicamente". Pero es el comentario sobre la cuestión del Sáhara Occidental al que aferra Marruecos el sesgo de su interpretación, que asume como un pronunciamiento con el que además trasladar el debate al seno de Europa, donde hasta ahora solo Francia apoya explícita e históricamente a Rabat en este punto.
Mientras tanto, la posición de España, que se halla intentando acercar posturas con Rabat ‒especialmente a raíz del nombramiento de José Manuel Albares en verano como nuevo ministro de Exteriores‒, queda de alguna manera comprometida, por cuanto la acción alemana y su interpretación marroquí discurren a otra velocidad.
Con arreglo a Naciones Unidas
Marruecos ha dado a entender que Annalena Baerbock, del partido de Los Verdes, apuesta por resolver la problemática del Sáhara Occidental mediante la concesión de una autonomía al territorio y bajo la soberanía del Estado marroquí. Pero esto no es exactamente lo que expresa el comunicado emitido por su ministerio.
En su nota del 13 de diciembre, justo antes de hacer un reconocimiento al plan de autonomía planteado por el Gobierno marroquí, el Ministerio de Exteriores alemán esgrime que "la posición del Gobierno federal al respecto no ha cambiado en décadas. Alemania apoya al enviado personal [de Naciones Unidas] en sus esfuerzos por encontrar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable sobre la base de la resolución 2602 (2021) del Consejo de Seguridad".
Y en dicha resolución, por la que se prorroga el mandato de la Misión de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental (Minurso) hasta el 31 de octubre de 2022, se reafirma el compromiso de ayudar a las partes a alcanzar una solución que prevea "la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental en el marco de disposiciones conformes a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas".
Información "falsa"
Por otra parte, en otro comunicado, la diplomacia alemana advierte de la "información falsa" que los medios marroquíes están difundiendo en torno a los servicios especiales de Alemania. En concreto, aluden al informe de una investigadora suiza del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, Isabelle Werenfels, con la que Berlín niega cualquier vinculación o que sus servicios de inteligencia le hayan suministrado algún dato.
Werenfels, que firma el documento junto con un colega del Instituto Elcano, Haizam Amirah Fernández, escribe que aunque el anuncio unilateral de Donald Trump "es incoherente con el Derecho Internacional, puede no obstante abrir una vía "para que los actores internacionales presionen a Marruecos y a los saharauis independentistas para que negocien una solución política duradera". De ahí que se pueda colegir que la interpretación que hace Marruecos de los anuncios de miembros del nuevo Gobierno alemán de Olaf Scholz sea una estrategia para presionar a España, reticente por el momento a reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
"Alemania está apoyando a Marruecos en su camino de modernización y es uno de los principales donantes bilaterales con un compromiso total de casi 1.200 millones de euros en 2020", se añade también en la nota del Ministerio de Exteriores alemán del día 13. En 2019, las exportaciones alemanas a Marruecos ascendieron a 2.200 millones de euros, al tiempo que sus importaciones del país magrebí alcanzaron los 1.400 millones. Unas 300 empresas con capital alemán operan allí.