"Encargué a la corporación Energuia que presente un plan concreto para incrementar la producción de las naves tripuladas hasta cuatro unidades al año" dijo Rogozin citado por su oficina de prensa.
Comentó que la reanudación de la práctica del turismo espacial permitirá recaudar fondos necesarios para modernizar el sector de cohetes espaciales.
La corporación Energuia ya había producido anualmente cuatro naves Soyuz-MS, pero dos de estas naves se producían por contratos internacionales.
Después de una larga pausa, Estados Unidos ensambló una nave tripulada propia y la NASA dejó de usar las naves rusas Soyuz para trasladar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional. El último astronauta que viajó a la plataforma orbital a bordo de una nave Soyuz fue Mark Vande Hei, en abril de 2021.
No obstante, Rusia y EEUU mantienen conversaciones para que cosmonautas rusos puedan volar en naves norteamericanas y los astronautas de la NASA, en naves rusas.
En diciembre ya se anunció que la única mujer cosmonauta rusa, Ana Kíkina, realizará su primer vuelo espacial en 2022 a bordo de la nave Crew Dragon de Elon Musk.