La jefe capitalina ha negado que esto se trate de una campaña política y ha justificado los trabajos periodísticos como parte de la difusión de resultados de sus primeros tres años de gobierno, ante el escepticismo de la oposición quienes incluso han emprendido denuncias por actos electorales anticipados.
La portada para el suplemento cultural de El País ha sido una de las más criticadas, no solo por su defensa al presidente Andrés Manuel López Obrador, sino por su explícito interés por continuar con el proyecto de Cuarta Transformación del político tabasqueño.
En Sputnik consultamos a expertos en comunicación política para conocer qué implicaciones y alcances tiene la presencia de Sheinbaum Pardo en el panorama internacional, qué mensaje y a quiénes busca mandarlo, y cómo la posiciona a la política dentro de la anticipada carrera presidencial.
Campaña para reposicionar imagen
Para el doctor en Ciencia Política por la UNAM, Hugo Sánchez Gudiño, Claudia Sheinbaum realiza estas apariciones no solo para posicionarse como candidata, sino también para reconquistar a los electores capitalinos que, en las últimas elecciones, optaron por el PAN y la oposición ante la falta de resultados"
"Reposicionar de manera integral su imagen primero para reconquistar a ese electorado que le dio la espalda y que votó por el panismo y por la oposición en la Ciudad de México que se supone que era el bastión más importante de Morena. Segundo, a nivel nacional, su imagen es muy débil, no tiene un liderazgo muy sólido y entonces pues tiene que buscar al electorado a nivel nacional", comentó el catedrático.
El académico agrega que el despliegue mediático de Sheinbaum Pardo responde también al fenómeno conocido como tapadismo, término con el que se define una práctica política en la que un personaje es elegido directamente por el presidente como su sucesor, aunque de manera pública exista una contienda por la candidatura.
Siendo la mandataria la tapada del presidente le permite adelantarse en la contienda electoral, con el aval del Poder Ejecutivo, en una estrategia que desde el 2000 se ve en la política mexicana.
"Este fenómeno del tapadismo y de romper las reglas que tradicionalmente seguía no es un fenómeno nuevo. Las reglas se rompieron desde el año 2000 cuando Vicente Fox se autopostula candidato presidencial dos años antes del proceso electoral se les adelanta a los panistas, su candidatura tiene mucha química con la candidatura y a partir de ahí van a repetir ese modelo", señala.
En este sentido, Gudiño explica que "las reglas parecieran seguir siendo las mismas, sólo que cada presidente le impone su sello" y, en el caso de la jefa de Gobierno, se trata de un tapadismo que sigue las ocho etapas que definió el académico Daniel Cosío Villegas, las primeras cuatro relacionadas con el destape del candidato, el respaldo político que consigue y el inicio de la campaña presidencial.
"Claudia Sheinbaum lleva la mitad de etapas cubiertas, y aquí habría que subrayar que cuando hablamos de —podríamos decir— nuevo tapadismo es un proceso en el que no hay tiempos muertos, y el actor político tiene que aprovechar todos los espacios, todos los escenarios, todos los pequeños recovecos que encuentre para hacer su campaña", indicó.
Para el académico, las recientes apariciones mediáticas de la morenista, aunado a los reconocimientos internacionales que la ciudad recibe —como el récord Guiness por ser la ciudad del mundo más conectada a internet— son experimentos de la campaña presidencial que podríamos esperar y el trabajo en forma de sus asesores políticos.
"Está experimentado, está soltando su propio interés de ser candidata presidencial y este tipo de recorridos, este tipo de eventos, esta presencia en la plaza pública, esta presencia mediática como candidata, quiere posicionar su nombre, su liderazgo y su presencia de que en efecto ella está en el juego", concluyó.
Una estrategia que recuerda a Salinas de Gortari
Para el consultor de comunicación política Rubén Aguilar, Claudia Sheinbaum retoma una estrategia de posicionamiento similar a la que han realizado figuras políticas como Carlos Salinas de Gortari basada en resaltar la labor política a través de su reconocimiento por parte de medios internacionales.
"Hacer cosas afuera para que después llegarán a México, como tratando de decir: 'Vean qué importante soy, vean cómo me dedican una portada, vean como me entrevista esta cadena de televisión porque soy muy importante'", explicó Aguilar Valenzuela.
5 de noviembre 2021, 17:53 GMT
Dicha campaña, de acuerdo con el experto, no habría sido iniciada sin el apoyo presidencial, por lo que el silencio de López Obrador ante estas entrevistas y artículos se interpreta como la radicalización del apoyo en favor de la mandataria capitalina.
"Este favoritismo que el presidente siempre ha tenido por Claudia Sheinbaum se radicaliza con esta salida tres años antes de la contienda, con una intensa campaña mediática al exterior. No sabemos si pagó o no pagó por ella, pero es con el aval del presidente y estaría implicando que hay una predilección del presidente por ella y que la trata de posicionar mediáticamente fuera y dentro, y lo de afuera tiene que ver con que repercuta adentro", sostuvo el analista.
El mensaje, según Aguilar Valenzuela, tienen diversos receptores, por un lado, los empresarios a quienes necesita para financiar su campaña; a los miembros de Morena para demostrar que es una competidora muy fuerte con atención internacional; simpatizantes de otros partidos que podrían apoyarla, y finalmente un mensaje para medios y la clase política de que ya es la candidata presidencial, aunque ella misma lo niegue de forma pública.
Lo anterior, además, ante el silencio de Marcelo Ebrard y las quejas de Ricardo Monreal, quien sí ha denunciado que no hay piso parejo para competir por la candidatura.
"Jamás nadie haría eso sin el aval del presidente. Yo pienso que él quiere dejar en claro que ella es su heredera y que ella es la garantía de llevar adelante el proyecto que él se ha propuesto", afirma el analista, quien considera que la entrevista de Sheinbaum Pardo con El País como el banderazo de salida de la campaña presidencial.
Rubén Aguilar consideró que "abajo de la mesa se patean todos los días los equipos de Claudia y los equipos de Ebrard", por lo que descarta que alguno de los aspirantes decline de sus pretensiones a pesar de los posicionamientos del propio presidente, y, al contrario, cada quien impulsará su postulación desde su lugar de trabajo.