"El desvisado es a discreción de Estados Unidos, desgraciadamente ya han dado prueba que les vale (le importa poco) la legalidad internacional y las formas diplomáticas, y como han tratado a otros países nos podría llegar a tratar a nosotros", declaró Capellán a Sputnik.
Capellán, analista político del colectivo periodístico Tortilla con Sal, estimó que a Nicaragua le corresponde ahora mantenerse en la línea de una diplomacia correcta.
El presidente de EEUU, Joe Biden, emitió el martes un orden para suspender el ingreso a su país, como inmigrantes o no inmigrantes, a funcionarios del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, apelando a "la importancia de impulsar procesos e instituciones democráticas, dada la supresión de los derechos humanos" de las que se le acusa al Gobierno de este país centroamericano.
Nicaragua tiene misiones diplomáticas y consulados en Estados Unidos, encabezados por el embajador Francisco Campbell, mientras el periodista Arturo McFields representa al país ante la OEA, en Washington, y Jaime Hermida Castillo ante las Naciones Unidas, en Nueva York (Estados Unidos, noreste).
Manuel Espinoza, director del Centro Regional de Estudios Internacionales (CREI), señala que la medida de Biden, conocida como "desvisado", no menciona la condición en la que quedan los funcionarios nicaragüenses radicados en Estados Unidos, que gozan de inmunidad diplomática en virtud de la Convención de Viena.
"No permitir la presencia de funcionarios nicaragüenses acreditados en ese país, como embajada, consulados o las organizaciones multilaterales como la ONU o la OEA, contradice la disposición y el espíritu de la Convención de Viena", dijo Espinoza a la Agencia Sputnik.
15 de noviembre 2021, 15:05 GMT
El experto del CREI, considera la acción del Gobierno norteamericano una medida de carácter diplomático, la cual puede ser respondida con una disposición recíproca por parte de Nicaragua.
"Esa convención ha sido firmada por todos los países y se debe de cumplir porque la diplomacia actúa bajo un concepto que se llama la ley de correspondencia, entonces cualquier acción que se implementa en el ámbito diplomático puede ser respondida de igual manera en la que usted está actuando", refirió.
Las relaciones entre Estados Unidos y Nicaragua registraron un episodio similar en 1988, cuando el entonces presidente Ronald Reagan (1981-1989) prohibió el ingreso a su país de Ortega, quien gobernaba entonces como parte de la Revolución Popular Sandinista (1979-1989).