El argentino se encontraba en segundo lugar en cantidad de fichas, cuando intentó una arriesgada jugada llamada en la jerga del póker como hero-call, contra el líder en fichas, que consiste en llevar a cabo una jugada con una mano de poco valor ante la sospecha de un bluff o farol del contrincante.
La jugada no prosperó y el argentino terminó su participación en la Serie Mundial de Póker, el evento más importante del mundo en la materia, con la nada despreciable suma de 1.225.000 dólares.
Solo para dimensionar el logro del oriundo de Mar del Plata, basta destacar que el argentino terminó ubicado en la séptima posición del torneo mundial —único latinoamericano en la mesa final—, entre 6.650 competidores.
La final por el primer lugar y el premio de ocho millones de dólares se disputará este 17 de noviembre, entre el alemán Koray Aldemir, el británico Jack Oliver y el estadounidense George Holmes.