Autoridades brasileñas y uruguayas advierten sobre posibles focos de violencia en el marco de la final de Copa Conmebol Libertadores a disputarse el próximo 27 de noviembre en Montevideo, entre el actual campeón de la competición, Palmeiras de la ciudad de Sao Paulo, y el campeón de la edición 2019, Flamengo de Río de Janeiro.
La odiosidad entre los seguidores de Flamengo y Palmeiras data de la década de 1970 y excede ampliamente cualquier tipo de rivalidad entre ambas ciudades brasileñas.
Ambas torcidas —como se conoce a las hinchadas en Brasil— han protagonizado diversos enfrentamientos violentos en la historia, por lo que la próxima final de Copa Conmebol Libertadores, que se disputará en régimen de partido único en la capital uruguaya en su versión 2021, se ha convertido en motivo de preocupación para las autoridades tanto de Uruguay como de Brasil.
Ruta, frontera, calles y parque
Recientes filtraciones de audios de referentes de las hinchadas de ambos equipos han encendido las alarmas de los ministerios del Interior y organismos de seguridad de ambos países.
Ambas parcialidades compartirán la misma ruta de camino a Montevideo durante aproximadamente 2.000 km, por lo que la Policía Rodoviaria de Brasil en coordinación con su homóloga uruguaya, la Policía Caminera, prevén un "escenario complejo" con indicios de un "clima de guerra" entre ambas hinchadas, cuya violencia ha ido en ascenso en los últimos años.
"La caravana por Uruguay no es paseo, es de riesgo. ¿Se piensan que vamos a hacer turismo?", sostiene en portugués un audio de un integrante de la hinchada de Palmeiras.
Paulistas y cariocas amenazan con prepararse para la "guerra" y la escalada de amenazas incluye instructivos sobre concentración y preparación en los que se habla del manejo de armas de fuego, armas blancas y combustible para la preparación de bombas mólotov durante la caravana a Montevideo.
"Estoy muy preocupado con la hipótesis de que una tragedia pueda ocurrir en el trayecto a Montevideo con las hinchadas de Flamengo y Palmeiras. Ya no estoy en la hinchada, pero sigo lo que sucede, porque aún tengo muchos amigos allí. Será una tragedia anunciada que puede incluir a muchas personas inocentes", advierte un exintegrante de la hinchada organizada de Flamengo a medios brasileños.
"Imagina que hay diez buses de Palmeiras esperando en la frontera y llegan, por lo menos, unos cuatro buses desde Río. Eso, con un máximo de 10 guardias fronterizos", analizó un torcedor de Flamengo en los audios filtrados a la prensa brasileña.
Sin embargo, el riesgo de enfrentamientos entre paulistas y cariocas no se remitirá a las carreteras brasileñas y uruguayas camino a Montevideo. Existe preocupación por lo que pueda acontecer tanto en las calles de la capital uruguaya como en el Parque Batlle de Montevideo, lugar donde se sitúa el mítico Estadio Centenario, escenario de la final.
Problema local
Las dos parcialidades brasileñas han tenido confrontaciones con la hinchada del Club Atlético Peñarol, de las más numerosas e importantes de Uruguay, en diferentes ocasiones, también en el marco de la Copa Conmebol Libertadores.
En 2017, luego de una pelea dentro del campo de juego del estadio Campeón del Siglo de Montevideo entre Felipe Melo, actual jugador y referente de Palmeiras, y el plantel de Peñarol, la confrontación escaló a las tribunas, donde se registraron serios incidentes entre brasileños y uruguayos.
En 2019, la hinchada de Peñarol se enfrentó a torcedores de Flamengo en plena avenida Atlántica de Copacabana en Río de Janeiro, pelea que quedó registrada en imagenes.
A razón de lo anterior, fuentes del Ministerio del Interior uruguayo advierten sobre un tercer factor en la discordia entre paulistas y cariocas: la barra de Peñarol, con cuentas pendientes con ambas hinchadas.
Éxito sanitario y hotelero
No todo son problemas en torno a la seguridad de la gran final de la edición 2021 de la Copa Conmebol Libertadores.
La intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, se refirió a la gran final del próximo 27 de noviembre en el Estadio Centenario como un "éxito en cuanto a imagen país, aparte de ser un éxito en cuanto a reserva hotelera de la ciudad. Es una reivindicación de nuestra condición sanitaria y la capacidad organizativa del evento", afirmó la intendenta a medios uruguayos.