A través del semanario Desde la Fe, las autoridades eclesiásticas mexicanas se pronunciaron sobre las acciones que ha implementado el Gobierno federal para frenar el flujo de migrantes provenientes, en su mayoría, de Haití.
En un artículo titulado Con el dolor no se trafica, la Arquidiócesis Primada de México afirmó que cerca de 75 organizaciones eclesiales realizan tareas de apoyo a migrantes a través de albergues, comedores, centros de apoyo, parroquias y módulos de atención, en el norte, centro y sur del país.
La Iglesia denunció que, según los obispos que realizan esta tarea, “el Gobierno mexicano ha delegado a estas instituciones, y a otras coordinadas por la sociedad civil, la responsabilidad de atender esta crisis migratoria”.
Asimismo, acusó al Gobierno federal de ser “omiso en cumplir con el mandato de promover y defender los derechos humanos de todas las personas, establecido en el artículo primero de la Constitución”.
Por ello, los obispos se pronunciaron para evitar más “san fernandos y cadereytas”, en referencia a casos de migrantes desaparecidos y asesinados en zonas fronterizas, y “un país en donde se separe a las familias migrantes, ni donde se trafique con el cuerpo y el dolor de las personas extranjeras que decidieron migrar para encontrar una vida mejor”.
“Pero para ello, se requiere no solo que el Gobierno abandone su política de represión hacia las personas migrantes, sino que busque otras alternativas a la detención y a la regularización migratoria, para encontrar caminos más humanos y sin violencia a través de los cuales puedan transitar estos hermanos”, se lee en el editorial.
De acuerdo con el corte del 15 de octubre del Instituto Nacional de Migración (INM), en México hay 1.957 migrantes de distintas nacionalidades con estancia irregular, las cuales se ubicaron en 18 estados diferentes.
Según el organismo federal, 532 fueron identificados en operativos de control migratorio en el estado de Oaxaca; 86 en Veracruz, 58 en Chihuahua y 134 en Puebla.
13 de octubre 2021, 21:33 GMT