"La lucha contra el hambre exige superar la fría lógica del mercado, centrada ávidamente en el mero beneficio económico y en la reducción de los alimentos a una mercancía como tantas otras", destacó el pontífice.
En sus palabras, "vencer el hambre de una vez por todas es uno de los desafíos más grandes de la humanidad y una meta ambiciosa", subrayó el obispo de Roma.
Para alcanzarla, Francisco sugirió concentrar los esfuerzos en cuatro campos de acción que conciernen la campaña, el mar, nuestra mesa y el problema del desperdicio de alimentos.
"Nuestros estilos de vida y nuestras prácticas de consumo cotidiano influyen en la dinámica global y ambiental, pero si aspiramos a un cambio real, debemos instar a los productores y a los consumidores tomar decisiones éticas y sostenibles y sensibilizar las generaciones más jóvenes sobre su importante tarea de hacer realidad un mundo sin hambre", recalcó el papa.
El mensaje papal al director de la FAO fue enviado en vísperas del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el 16 de octubre y cuyo lema este año será "Nuestras acciones son nuestro futuro".