Y no es para menos: tiene una eficacia del 70% tres meses después de ser administrada, y un 75% en el caso de los menores de 60 años. Eso contrasta con los resultados mostrados con algunas vacunas de dos dosis, cuya eficacia cayó por debajo del 50% tan solo cinco meses después de ser administradas, destacan en el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya, donde fue creado el fármaco ruso.
Además, se destaca que el uso de Sputnik Light también redujo sustancialmente el número de casos graves y hospitalizaciones entre aquellos sujetos que contrajeron la variante delta del COVID.
Estos son los resultados observados en los 28.000 participantes del estudio, cuyos datos se recolectaban desde el mes de julio de 2021 en la capital rusa. El grupo control consistía de 5,6 millones de personas que no fueron vacunadas. El correspondiente trabajo ha sido submetido al servidor de artículos científicos prepublicados medRxiv, donde se hará público esta semana.
La pauta única de vacunación con una sola dosis de Sputnik Light tiene una serie de ventajas clave, como la facilidad de aministrar una sola inyección y tanto el control como el calendario de revacunación, que es más flexible cuando se usa como refuerzo.
La eficacia de Sputnik Light como refuerzo contra la variante Delta frente a otras vacunas está cerca de la de la vacuna Sputnik V contra la misma cepa: más del 83% contra la infección y más del 94% contra la hospitalización. La eficacia de Sputnik Light contra la Delta es superior que la de los dos componentes de Pfizer, cuya efectividad se estima en 47%, según un reciente estudio sobre la vacuna.
Un gran potenciador de otras vacunas
Sputnik Light se basa en el adenovirus humano serotipo 26, y es el primer componente de Sputnik V, la primera vacuna contra el SARS-CoV-2 en registrarse. Sputnik Light ha sido autorizada en más de 15 países y el proceso de registro está en curso en otros 30. La vacuna monodosis la producen los socios internacionales de RDIF en más de 10 países (la India, China, Corea del Sur, Vietnam, México, Argentina, Serbia y Turquía, entre otros Estados), incluyendo el Serum Institute of India, el mayor productor de vacunas del mundo.
Hasta ahora, la Sputnik Light ha demostrado una gran eficacia y seguridad. Mientras en Israel y EEUU, lugares donde Pfizer se utiliza en gran medida, se experimenta un aumento en la cifra de contagios, Argentina, mostraba otros resultados. Allí el fármaco ruso demostró una eficacia de entre el 78,6 y 83,7% entre las personas de tercera edad. Al mismo tiempo, el Ministerio de Salud de Paraguay confirmó una eficacia del 93,5% logrado con la Sputnik Light que se usa en su campaña de vacunación.
El enfoque de refuerzo heterogéneo (un 'cóctel de vacunas' que utiliza el serotipo 26 de adenovirus humano como primer componente y el serotipo 5 de adenovirus humano como segundo) fue el núcleo de la Sputnik V. Quedó demostrado que este enfoque logró producir una inmunidad más duradera contra el coronavirus.
Gracias a estos resultados, la versión monodosis de la Sputnik V ahora se usa no solo en solitario, sino también en combinación con las vacunas de otros fabricantes en muchos países. De hecho, el RDIF se asoció con otros fabricantes para llevar a cabo estudios conjuntos sobre los efectos de la combinación de la Sputnik Light con otras vacunas.
A fecha de hoy, estos estudios están en pleno curso en Rusia, Argentina, Azerbaiyán y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros países. Entre ellos destaca especialmente Argentina, donde se experimenta con la administración heterogénea de la Sputnik Light en combinación con los fármacos de AstraZeneca, Sinopharm y Moderna. Dichos estudios transcurren en las provincias de Buenos Aires, San Luís, Córdoba y La Rioja. Los resultados preliminares de estos estudios confirmaron que estas vacunas se pueden mezclar sin que haya serios efectos secundarios.
Otro gran ejemplo es el caso de Azerbaiyán, donde la combinación de la vacuna de AstraZeneca con la Sputnik Light genero anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2 en el 100% de los participantes del estudio. Aquí también el uso combinado de los fármacos demostró un gran nivel de seguridad, con un mínimo de efectos secundarios relacionados a la vacunación.
En el centro también hicieron hincapié en la posibilidad de emplear el Sputnik Light como un potenciador de otras vacunas.
"La variante Delta del coronavirus es una de las cepas más comunes y peligrosas. El análisis de datos presentado en el artículo del Centro Gamaleya sostiene que Sputnik Light sigue siendo muy eficaz meses después de ser administrada. Los resultados obtenidos durante el estudio superan significativamente los de algunas otras vacunas, como se publicó anteriormente en medios científicos. Que se trate de una monodosis la convierte en una solución viable en países con tasas de vacunación bajas. Sputnik Light también se puede utilizar como inyección de refuerzo para mantener la inmunidad colectiva existente", destacó Denís Logunov, subdirector del Centro Gamaleya.
"Los resultados sobre la eficacia de la Sputnik Light contra la variante Delta superan significativamente a los de varias vacunas de dos inyecciones. Fundamentalmente, los datos del Centro Gamaleya confirman que la vacuna monodosis se encuentra entre las mejores vacunas contra el coronavirus. Esto también ha sido confirmado por otros estudios. Sputnik Light es segura y muy eficaz cuando se usa tanto de forma independiente como cuando se combina con otros fármacos. La vacuna proporciona flexibilidad para inmunizar a la población, lo que contribuye a la formación de inmunidad primaria y una revacunación eficaz para los receptores que originalmente recibieron una vacuna diferente. Teniendo en cuenta su seguridad y eficiencia, Sputnik Light puede convertirse en la mejor inyección de refuerzo a nivel mundial. El RDIF apoya la investigación de combinaciones con Sputnik Light con otras vacunas y también ha invitado a investigadores e instituciones científicas internacionales independientes a participar en estudios reales de seguridad y eficacia de otras vacunas contra el coronavirus", destacó por su parte Kiril Dmítriev, director ejecutivo del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF).