Coches de caballos, pero sin caballos. ¿Signo de los tiempos o despropósito? El debate está en las calles andaluzas. En Córdoba, una de las capitales españolas donde pasear en una clásica calesa tirada por al menos un caballo es un verdadero ritual, la propuesta está causando revuelo.
La sustitución de los coches de caballos por calesas eléctricas está siendo negociada con todas las agrupaciones políticas del consistorio cordobés. La iniciativa ya ha conseguido, por lo pronto, encabritar no solo a cocheros, sino al amplio sector que trabaja vinculado al cuidado del caballo. "Son locuras de los animalistas", "no tienen ni idea, sin las calesas muchos caballos irían al matadero", opinan varios cocheros en charla informal en Sevilla.
En Andalucía, los coches de caballos tienen una presencia decreciente, con el paso del tiempo pasaron de ser el transporte mayoritario a un mero reclamo turístico, pero aún así, tienen una presencia importante y muy simbólica en ciudades como Córdoba, Jerez de la Frontera o Sevilla.
Coches de caballos como reclamos turístico en Sevilla
© Foto : Fuente Visita Sevilla
Precisamente por eso, algunos movimientos creen que habría que modernizar este sector. La Asociación de Juristas de Córdoba por la Defensa Animal y el Medio Ambiente (DAMAC Juristas), Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de Córdoba (FAPAC), Colectivo Andaluz Contra el Maltrato Animal de Córdoba (CACMA) y Empatiza Córdoba están desarrollando el proyecto de calesas eléctricas que permitiría "convertir a Córdoba en una ciudad sostenible".
La propuesta pretende eliminar costes tradicionales como el mantenimiento de los animales (comida, gastos veterinarios, cuadras, herrajes y labores del cuidado del animal); sin embargo, desde los coches de caballos desprecian esta visión. "Un animal y su cuidado no suponen un gasto económico, sobre todo si lo vas a sustituir por un vehículo" nos cuenta desde Sevilla Manuel Navarro.
Coches de caballos como reclamos turístico en Sevilla
© Foto : Fuente Visita Sevilla
Sevilla tiene alrededor de 350 caballos en las cuadras municipales para los servicios de coches de caballos, "de media tenemos 3 caballos por cada coche, también hay potros y otros más mayores... y sobre nosotros, las personas ¡también existimos!dependemos de esto unas 400", detalla Navarro, representante de las cerca de 100 calesas que hay en la capital andaluza.
En torno a los coches de caballos hay veterinarios, suministradores de abono y mantenimiento de cuadras, herrajes, "todo eso se mantiene a duras penas todo el año por el turismo del coche de caballos, si eso desaparece, no todo el mundo puede esperar a trabajar en una feria de caballos que solo dura una semana al año".
Animal VS Máquina
La propuesta de los sectores de sensibilidad animalista propone valerse de los Fondos Europeos de Desarrollo Sostenible para financiar la transición animal a eléctrica. "Nuestra propuesta es hacer un servicio atractivo para turistas y cocheros o caleseros de modo que el sector vea cómo sus ingresos lejos de disminuir, como ha estado ocurriendo durante la pandemia (…) vaya en aumento mediante la explotación de un vehículo ecológico, sostenible".
La propuesta no es nueva, ya en Yucatán, México, hay un proyecto en marcha similar desde noviembre de 2019. Pero la duda de fondo es: ¿las baterías eléctricas serán más sostenibles que la tracción animal? Los ayuntamientos y entidades locales son los que deben lidiar con estas decisiones y los Fondos Europeos han desbocado una carrera en todos los sectores para subirse al acelerado carro de las tecnologías.
Pero, por otro lado, lejos de esa tendencia, un caballo puede ofrecer al menos unos 15 años de servicio. Sus problemas mecánicos son menos costosos, no emite CO2 y genera una interacción de la naturaleza en el entorno urbano. En esta línea se posicionaron en el barrio de Schaerbeek, en el norte de Bruselas, donde una cuadrilla de caballos se encarga de la recogida de basuras, un método más ecológico y barato, sostienen los responsables belgas.
"¿Y qué quieren que hagamos entonces con nuestros caballos, de qué los vamos a alimentar?", cuestiona Rafael García, cuatro décadas recorriendo Córdoba en su calesa, recordando que no son grandes empresas sino familias que viven del caballo.
"Esto no es por la sostenibilidad, es por los animales. Pero estos caballos viven mejor que quieren, trabajan en días alternos, hacen como mucho dos servicios, para un animal así eso no es esfuerzo".
Desde Sevilla, con una normativa municipal mucho más desarrollada que contempla horarios, recorridos, paradas con sombra y abrevaderos, así como revisiones veterinarias, aseguran que los caballos trabajan como mucho tres días a la semana.
Sin embargo, son sonoros los casos de caballos que, a la vista de todos, colapsan por las altas temperaturas del verano.
"En pleno siglo XXI, las calesas ya no son un reclamo turístico, sino que constituyen la base de la mayoría de los vídeos que se graban de caballos sufriendo en verano por las altísimas temperaturas que tenemos que soportar", explican las protectoras animalistas.
Todos piden más garantías
Ciudades como Marbella o Córdoba regulan los horarios en los que queda prohibido circular cuando los niveles de alerta por calor crecen. No obstante, el único consenso existente entre animalistas y cocheros está en solicitar una mayor exigencia a las autoridades para que controlen al sector.
El propio Rafael García, la voz de los cocheros en Córdoba, afirma sentirse orillado por una administración que "no hace nada por nosotros". Los cocheros en Córdoba piden más sombras, agua y controles veterinarios para sus equinos, "que no sean previo pago, como sucede ahora. Hay que evitar sufrimiento al animal y por eso hay que cuidarlo. No son solo nuestro modo de vida, los caballos son nuestra familia".
El trabajo de las protectoras coincide en esta misma línea: es necesaria la modificación de la Ordenanza Municipal de Control Animal (1993) en Córdoba, por "no estar cumpliéndose en gran parte de su articulado, y el Decreto 4663, que regula los horarios en los que ha de interrumpirse el servicio de coches de caballos por altas temperaturas".