El estado de Tabasco (sureste) representa una "tajada grande" de los decomisos de productos ilegales de tortugas y cocodrilos en México, según una investigación de InSight Crime, una organización de reporteros especializados en crimen organizado en América Latina. Allí se pueden encontrar tortugas por 15 dólares, y pieles de cocodrilos sin tratar por 20 dólares.
Muchas familias pobres de pescadores de la zona luchan por alimentar a sus familias con la venta de pescado, y "dependen del modesto ingreso generado por la cacería clandestina de tortugas y cocodrilos", explican.
Pero según InSight Crime, la cacería ilegal va rumbo a la "desaparición". Aunque las poblaciones de tortugas y cocodrilos en Tabasco han sido asoladas por la cacería durante décadas y, aunque "están aún muy lejos de volver a niveles anteriores", se están recuperando.
¿Por qué se ha logrado reducir la cacería ilegal?
Son varias las medidas estatales señaladas por InSight Crime como causantes de la reducción de la cacería ilegal de cocodrilos y tortugas:
La prohibición de la caza de cocodrilos impuesta en 1970.
La creación en 2007 del sistema de cría regulado por el Gobierno para tortugas, cocodrilos y otros animales, conocido como las Unidades de Manejo Ambiental (UMA).
El marco legal creado para las UMA para la cría y comercialización de animales "especialmente vulnerables al tráfico".
Estos cambios legales trajeron aparejados cambios culturales —incluyendo la menor demanda de productos de piel de cocodrilo—, y han contribuido al "abandono de la caza ilegal de estos animales como forma de vida".
Sin embargo, el número de productos ilegales de cocodrilo y tortuga incautados en Tabasco en los últimos años indica que "también pueden estarse colando animales de los criaderos locales en el mercado negro".
Los datos solicitados por InSight Crime mostraron que, en México, el organismo de protección ambiental Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) incautó 12.081 tortugas y 20.346 cocodrilos entre 2006 y 2015.
De ellos, alrededor del 20% de las tortugas y más de un tercio de los cocodrilos se decomisaron en Tabasco. Los demás fueron retenidos en Ciudad de México y en el estado de Sinaloa (noroeste).
"Es difícil atribuir los miles de productos y animales retenidos a lo largo de los años solo a la caza ilícita. Aunque la cacería continúa, entrevistas e investigación en el campo indican que se hace en un nivel muy bajo en comparación con años atrás", aseguran los investigadores de InSight Crime.