El voto de confianza o "voto de investidura" es un mecanismo constitucional de control de poderes en Perú, que implica que el primer ministro (quien encabeza el gabinete) debe acudir al Congreso dentro de los 30 días posteriores al nombramiento de los ministros a pedir al pleno un respaldo a las políticas que se desea ejecutar en cada cartera.
Tras su exposición, los 130 miembros del órgano legislativo unicameral debaten tan si le dan o no su respaldo.
Cosa de votos
En esta ocasión, el primer ministro, Guido Bellido, expuso ante el pleno el jueves 26 por cerca de tres horas. Luego se procedió al debate congresal, que se extendió hasta este viernes 27, día en el que se prevé que finalice y se proceda a una votación.
Para obtener el voto de confianza, el gabinete debe contar con una mayoría absoluta de respaldos, lo que se traduce en 66 sufragios a favor de los 130 legisladores.
De no obtenerlo, el gabinete está obligado a renunciar, y el presidente de la República tendrá la tarea de convocar a uno nuevo que repetirá el proceso.
Y el cierre del Congreso es también una posibilidad latente. Sucede que, si el parlamento niega su confianza a dos gabinetes en un mismo período presidencial, el jefe de Estado tiene la potestad de disolverlo y proceder a convocar de inmediato a nuevas elecciones legislativas.
Cuidado: disolución
Dato importante: los congresistas pueden negar su confianza al gabinete por no estar de acuerdo con las políticas que desea ejecutar, pero también por considerar que los ministros no son personas calificadas para sus cargos. Otro dato importante: el gabinete actual es el primero de la gestión de Pedro Castillo, quien asumió la presidencia el 28 de julio.
El actual grupo de ministros ha sido cuestionado por la oposición debido a que Guido Bellido es investigado por la fiscalía por presuntos delitos de terrorismo y apología al terrorismo, al tener supuestos vínculos con la organización maoísta Sendero Luminoso. Además, es investigado por lavado de activos al ser presunto miembro de una organización criminal.
Asimismo, la oposición alega que varios de sus ministros tienen nexos con el terrorismo y otros no tienen preparación para asumir un cargo ministerial, razones que, aparte de no estar de acuerdo con las políticas, podrían motivar una negación del voto de confianza.
Sin embargo, el Congreso sabe que si niega la confianza esta vez, quedaría "en capilla" pues la próxima vez que lo haga podría provocar su disolución. Ese será un importante factor que tendrá que tomar en cuenta si no desea dejarle el "botón atómico" listo al presidente para que lo accione y se suceda la disolución.