Ambas ambas organizaciones criminales, que mantienen alianzas con productores y grupos locales de dicha droga para poder realizar su traslado hacia México con destino a Estados Unidos, ejercen control territorial en áreas rurales y fronterizas de Perú y Guatemala, según información publicada por el periódico El Universal.
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, opera en el norte de Guatemala, donde se ubican los departamentos de Petén, Huehuetenango, Quiché y Alta Verapaz.
Por otro lado, el Cártel de Sinaloa tiene influencia en el sur de dicho país, sobre la costa del océano Pacífico, integrado por San Marcos, Quetzaltenango, Retalhuleu, Escuintla, Santa Rosa y Jutiapa.
En lo que se trata de Perú, ambos cárteles, así como organizaciones colombianas, brasileñas y europeas, mantuvieron durante 2020 las vías marítimas y fluviales como el principal medio de envío de drogas y se asociaron con grupos familiares desde las zonas de producción de clorhidrato de cocaína y pasta básica de cocaína. Además, autoridades del país sudamericano señalaron que los grupos criminales intentan de forma constante infiltrarse en diferentes sectores sociales y políticos, así como en los privados.
Vieja disputa
El Cártel de Sinaloa es una organización criminal mexicana dedicada al narcotráfico. A pesar de que sus operaciones están presentes en varios países del mundo, tienen su base establecida en Culiacán, Sinaloa. Su mando visible, desde la captura de Joaquín El Chapo Guzmán, está en manos de Ismael El Mayo Zambada.
El Cártel Jalisco Nueva Generación fue creado en 2007 como un brazo armado, bajo el nombre de Los Mata Zetas, en 2010 se independizaron y en 2011 se dieron a conocer con su nuevo nombre, siendo liderados por Nemesio Oseguera Cervantes El Mencho.
Ambas organizaciones compiten desde hace 10 años por la demanda y movimiento de droga nacional e internacional, provocando una guerra que se mantiene actualmente.